Por Jorge Fernández Menéndez
Por supuesto que el grito es reprobable, pero no deja de llamar la atención el doble rasero alimentado por la FIFA.
Este sábado en la Ciudad de México se realizará la marcha del Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual, Transgénero, Transexual, Travesti e Intersexual (LGBTTTI). Una marcha siempre multitudinaria, y que expresa, más allá del persistente machismo y homofobia de nuestra sociedad, la apertura y capacidad de aceptación social cada vez mayores que existen, sobre todo en la capital del país. La homofobia, sin embargo, sigue entre nosotros. El grito de ¡¡Eh, puto!! en los estadios lo expresa con claridad, y aunque para el técnico de la selección mexicana, Juan Carlos Osorio, “el propósito del grito no tiene nada que ver con un mensaje discriminatorio”, la verdad es que es una expresión discriminatoria y reprobable.
Ese grito puede ocasionarle sanciones deportivas a nuestro país, según la siempre democrática y tolerante Federación Internacional de Futbol, la prístina FIFA, como bien lo recordaba en su columna Joaquín López Dóriga.
Por supuesto que el grito es reprobable, pero no deja de llamar la atención el doble rasero alimentado por la propia homofobia de las instituciones deportivas como la FIFA. Amenazan con sanciones a México en la copa confederaciones por ese grito (dicen que podrían suspender el juego y hasta hacérselo perder a México en la mesa si se produce), pero olvidan que la Copa Confederaciones y el Mundial del año próximo se realizan en Rusia, un país donde la homosexualidad es considerada un delito que se puede pagar con la cárcel.
En Rusia, la ley contra la propaganda homosexual ordena multas de hasta cinco mil rublos a los ciudadanos condenados y en el caso de los funcionarios públicos, que incluye a los profesores y maestros, las multas son de 50 mil rublos. Organizaciones o negocios que difundan la homosexualidad pueden ser multados con hasta un millón de rublos y son clausurados 90 días. Los extranjeros que practiquen o difundan la homosexualidad pueden ser arrestados y detenidos por 15 días, y deportados, luego de pagar una multa de 100 mil rublos. La homosexualidad está prohibida también en internet: quienes la utilicen para “promocionar relaciones no tradicionales” pueden ser multados con hasta 100 mil rublos.
El ministro de exteriores, Serguei Lavrov, dijo en 2014 ante la Consejo de Derechos Humanos de la ONU que “los que apoyan las posturas ultraliberales son partidarios de la permisividad sin límites y del hedonismo, y piden que se revisen los valores morales”. Ante los disturbios provocados por hooligans rusos en la Eurocopa 2016 en Francia, Vladimir Markin, un alto funcionario de seguridad ruso, escribió que la “super policía rusa es fuerte: los desfiles del orgullo gay han hecho a la policía francesa débil y sin preparación para los hooligans rusos que son poderosos y machos”. Nada de eso le parece condenable a la FIFA, que le dio a Rusia la Confederaciones y el Mundial 2018.
¿Y sabe dónde se realizará el mundial de futbol 2022? En Qatar, un país riquísimo por el petróleo, pero acusado de apoyar el terrorismo y de que los trabajadores extranjeros que están construyendo los estadios e instalaciones para el mundial son considerados esclavos virtuales. En Qatar, la homosexualidad es un grave delito que puede ser castigado hasta con cinco años de cárcel. En el Código Penal existe todo un capítulo dedicado a la “Instigación del libertinaje, la disipación y la fornicación”, donde la sodomía es específicamente castigada (así como el adulterio femenino) con penas de entre uno y tres años a quien “llevase, instigase o sedujese a un hombre de cualquier manera para practicar la sodomía”. En el artículo 298 también se castiga, con “no más de diez años de prisión”, a quien “haga de la sodomía o el adulterio una profesión”.
Por cierto, en Qatar, uno de los países más liberales de la península arábiga, las mujeres no pueden viajar solas, sin un acompañante hombre, y en los torneos locales no pueden ir a un estadio, solas o acompañadas.
Pero a la FIFA lo que le preocupa es el ¡¡Eh, puto!!
Los perritos simpáticos
Para la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, los países que exigen elecciones libres y la liberación de los presos políticos en su país (o sea México, Estados Unidos, Canadá, Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Colombia y Perú, entre otros) son “una camada de perritos simpáticos para el imperio”. A Delcy, como a Maduro, como a Andrés Manuel en México, les encanta tratar a sus adversarios como animales, son puercos, cochinos, cerdos, marranos, perritos, bueyes. Casualmente, también Delcy dice que los militares mexicanos cometen masacres y coincide con el presidente de Morena en que “fue el Estado” el responsable de los hechos de Iguala donde desaparecieron 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Para el líder del PRD en la Cámara de Diputados, Francisco Martínez Neri, Delcy tiene razón porque México “no tiene calidad moral” para condenar a
Venezuela. Olvidan Andrés Manuel, Martínez Neri y otros que sólo por decir algo así contra Maduro en Venezuela, terminarían, si bien les va, en la cárcel.
