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Jorge Fernández Menéndez
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No sé si los comicios que tendremos dentro de un mes podrán clarificar el escenario de cara al 2018. Por supuesto darán indicios, mostrarán tendencias, pero salvo que algún resultado sea francamente escandaloso, todo parece indicar que, pensando en la elección presidencial, será difícil que existan movimientos de fondo.

Comencemos con un rápido recorrido por el escenario electoral del 5 de junio: las tres principales fuerzas están muy disputadas, mucho más Veracruz y Oaxaca que Puebla. En las primeras, la competencia es tan intensa como la guerra sucia. En Veracruz, aunque se asegura que la diferencia se ha acortado, Miguel Ángel Yunes Linares estaría todavía por arriba de Héctor Yunes Landa, mientras crece el candidato de Morena, Cuitláhuac García. La opinión general es que el aspirante de Morena le resta votos a Yunes Linares, pero a estas alturas todo indicaría que, si realmente está en los 20 puntos o más, le está quitando puntos a los dos Yunes, y ello podría implicar un costo mayor para Héctor.

¿Se podría convertir Veracruz en una elección de tercios? Todavía no, pero mientras arrecie la guerra sucia, el beneficiario directo será Morena, y quedará hasta última hora la incógnita de cuál es el piso tanto del PRI como de la alianza PAN-PRD. Insistiría en un punto, en el PRI tienen que recordar los comicios de hace un año en Nuevo León.

En Oaxaca, el candidato del PT, cuestionado en los tribunales, Benjamín Robles, trabaja en los hechos para Alejandro Murat, el aspirante priista al que no toca ni con el pétalo de una rosa. El objetivo de Robles es quitarle todos los votos posibles a José Antonio Estefan y golpear a quien lo inventó políticamente, el gobernador Gabino Cué, lo de Robles no son las lealtades. Con todo, la campaña de Alejandro no termina de despegar, y la de Estefan gana espacios reivindicándose como una candidatura con fuerte presencia local ante lo que maneja como una candidatura foránea. Algo de eso se refleja en los medios, cuando Alejandro declara que mientras él esté en Oaxaca su padre, José Murat, no pisará el estado. Tendría que asegurarse que tampoco esté operando desde la Ciudad de México, en donde ha dejado demasiadas huellas en estos meses. Lo cierto es que la disputa por Oaxaca será, particularmente, dura en estas cuatro semanas.

En Puebla, más allá de los esfuerzos de la priista Blanca Alcalá, no veo cómo podrán ganarle al panista Antonio Gali. Ésa es una posición que parece estar ya definida, en una campaña muy bien planificada y dirigida.

¿Podríamos estar en un escenario donde el PRI pudiera perder las tres principales? Hoy el PRI tiene perdida Puebla, aunque, por supuesto, que también puede terminar ganando Veracruz y Oaxaca, pero en ninguno de esos dos casos será sencillo para el tricolor. También será disputada Tamaulipas, Tlaxcala podría estar mucho más entre el PAN y el PRD y no veo que el tricolor tenga problemas serios en Quintana Roo, Sinaloa, Zacatecas, Durango, Hidalgo, Chihuahua (la campaña de Javier Corral tiene más presencia en la capital del país que en el estado), incluso, en Aguascalientes. Puede haber sorpresas, pero éstas no pueden cambiar la lógica electoral en forma demasiado radical.

Eso se traslada a las encuestas de cara al 2018. El reciente estudio de Consulta Mitofsky muestra al PRI con 22.3%, al PAN con 18.6% y al PRD con 8.7%, superado por Morena con 12.1%. Más allá de este último movimiento, lo cierto es que en ese escenario nada es para nadie. Como quinta intención del voto se colocarían, hoy, los independientes con 4.6% (aunque ésa sigue siendo una figura demasiado difusa, pese al entusiasmo de algunos), por encima del PVEM (1.2%), Movimiento Ciudadano (1.9%), Nueva Alianza (0.7%), PT (0.8%) y Encuentro Social (0.9 por ciento).
Los números tampoco se mueven demasiado cuando se va a los personajes que podrían ser candidatos: las menciones espontáneas ubican a tres:

López Obrador (16.2%), Margarita Zavala (15.4%) y Miguel Ángel Osorio Chong (14.4%). Lo más notable sigue siendo la fuerte presencia de Zavala, con enorme distancia de cualquier otro panista. En los escenarios cruzados, aparecen los mismos: Osorio Chong tiene 21.6% de preferencias, López Obrador tiene 17.9% y Margarita Zavala 18.3%. Sigue Mancera, con 8.4%, y Jaime Rodríguez El Bronco, con 5.3 por ciento.

¿Cambiaría este escenario con los resultados del 5 de junio? Puede ser, pero es difícil que ocurra: ninguno de los tres primeros (Osorio, Margarita y AMLO) juegan directamente en los comicios estatales, al contrario, podrían verse beneficiados con más de un resultado; habrá que ver cómo le va a Mancera (ojo con esa alianza potencial con Enrique Alfaro) en la Ciudad de México, pero si el PRD llegara a ganar en Oaxaca y Tlaxcala superaría muchos traumas, mientras que El Bronco no veo cómo pueda crecer. El 5 de junio no creo que cambie el escenario del 2018.

Jorge Fernández Menéndez
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