Claroscuro, por: Francisco López Vargas.
Están gastando demasiado dinero en medios, le dijo el
reportero al entonces gobernador de Campeche.
¿Y me lo dices tú, que trabajas en medios? Fue la
respuesta casi incrédula allá por el año 2005.
Sí, y precisamente por eso. La gente ha dejado de
leer, se está enfocando más a las redes sociales, pero además no hay medio que
pueda cambiarle a la gente lo que vive, lo que sucede y atestigua
presencialmente. Ese fue el argumento que dio contestación a esa irónica
pregunta.
La anécdota viene a colación por un posteo que realizó
Juan Manuel Herrera Real, no sé qué cargo tenga en el gabinete de Campeche, en
su cuenta de Facebook dando como justificación de la nula política de medios
del actual gobierno, al que él sirve como vocero y propagandista: O se compra
equipo y se mejoran las condiciones de nuestros policías o se les paga a medios
para que todo lo sigan viendo bien como en el pasado. ¡Ni un peso de los
ciudadanos a la prensa mercenaria! Expone titular de Policía Campeche del
#GobiernoDeTodos de Layda Sansores.
Decía uno de mis maestros, Julio Scherer García,
director del semanario Proceso, que la relación entre políticos y medios jamás
será diferente a un amasiato: a ambos les molesta que los vean juntos en
público, no les conviene a su narrativa.
Hace unos meses, antes de la campaña, en diciembre de
2020, un amigo le pasó mi teléfono a uno de los coordinadores de medios de la
entonces alcaldesa de Álvaro Obregón. En la mesa de un café, me pidió que le
bajara el tono a mis publicaciones a petición expresa de Anibal Ostoa y Layda
Sansores, quienes en esos días se preparaban para el registro de su
candidatura.
Si escribí algo que sea mentira o falso, díganme qué
fue y con todo gusto lo corrijo. A nadie más que a mí le interesa que lo que
publique sea verificable por cierto, le respondí.
No, me dijo. Ese es el problema. Todo lo contrario,
pero tus artículos le han llegado desde Ciudad de México, desde Veracruz y
Tamaulipas, de todos lados y por eso te pide que le des un espacio de margen.
Conozco a la señora Sansores, le respondí. Y como la
conozco sólo aceptaré reunirme con ella, con nadie más, pero despreocúpense:
Esta semana salgo de vacaciones de fin de año y a mediados de enero estaré de
vuelta, por si deciden que platiquemos, respondí y la charla jamás se dio.
Quienes nos dedicamos al periodismo y no tenemos
medios -radio, televisión, periódico, revista ni página de internet- no podemos
vender cobertura, ni gacetillas, menos publicidad porque sólo tenemos nuestras
capacidades y relaciones para trabajar y nuestras redes sociales personales.
Empezó la campaña y pasó la elección y no hubo ni un
sólo contacto con la de Sansores.
Les comento todo para que mañana no haya un posteo de
que solicite dinero, trabajo o vínculos, porque no fue así y de esta gente
salieron amenazas para quienes osaran contratarme.
En cambio, gente cercana a Sansores trató de
engancharme para trabajos particulares y en ese tono recomendé a un amigo
mutuo, pero siempre sentí que la oferta era ventajista y que no aportaría nada
en mi currículo personal y profesional. Era un intento de anularme como
periodista, me queda claro.
Hoy, leo a Juan y pareciera que hay un par de cosas
que no han entendido: los gobiernos pasados le pagaban -nunca estuve de acuerdo
como ya narré- a los medios e invertían en seguridad, hacían contratos de
publicidad o relaciones públicas y había seguridad y patrullas, motos y demás
equipos para la policía.
Asumen que los ciudadanos traen pleito con los medios
y que éstos se dedicaban a hablar bien de sus antecesores, falso! Ellos están
interesados en que solo su narrativa prevalezca y por ello el pleito con
quienes son auténticos periodistas independientes. La realidad tiene que ver
con la forma en que gobiernan y los medios lo describen. No dudo que haya
medios al servicio de la 4T -La Jornada, por citar un ejemplo- como antes los
hubo para los gobiernos en turno, pero si el vocero de Layda le recomienda escalar
su pleito contra los medios achacándoles falsedades para temas por demás
serios, la esperanza la están matando a un año de la gestión.
Los medios no hicieron pública la presencia de quienes
han sido asesinados al día de hoy, con lujo de violencia, para que sus verdugos
los encontraran; los medios no mienten cuando exponen que fue a mediodía, en
una vía transitada, a la vista de todos y con lujo de saña.
Así no ha sido con los asesinados encontrados en
vehículos incendiados, así no ha pasado con los robos y menos con su actuación
legal porque, a la vista y paciencia de todos, han cometido flagrantes
violaciones constitucionales y han utilizado mentiras, montajes y grabaciones
alteradas para ganar la narrativa.
La más reciente es de este fin con la alusión al
presidente del Senado Mexicano, Ricardo Monreal, hasta donde se sabe, militante
de Morena y quien no ha tenido desencuentros con la gobernadora de su partido.
Layda pareciera que sólo se contiene cuando le dejan
claro que hay un tema legal de por medio, pero muchas veces ni a esa
advertencias reacciona.
Hoy, pareciera que ella es la que, por encargo, exhibe
a quien le ordenan o sólo para quedar bien con el presidente o alcanzar una
causa perdida. Este es el gobierno que no le interesa convencer, es el gobierno
que usa el aparato del Estado para presionar opositores, para doblar a críticos
y para lograr apoyos y hasta “donaciones” poco claras.
El problema es que hablando mal de los medios no
evitará que se cometan asesinatos a plena luz del día, que se encuentren casas
con cementerios clandestinos, autos incendiados con cuerpos con impactos de
bala en su interior, eso lo evitaría con un gobierno eficiente, que dé
resultados, pero eso no es el objetivo de Morena o de este gobierno sino
retener el poder a como dé lugar para depredar el presupuesto. ¡Servir a la
gente, por favor!
