Por Carlos Capetillo Campos
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Que si fueron 10 o 12 o 14 mil personas, que importa. La estructura partidista moviliza según su organización y sus cuadros territoriales. Pero el ánimo es otra cosa.
Eso no se moviliza. El ánimo se inspira y esto fue lo que distinguió el evento del PRI el sábado pasado en Xmatkuil.
Llama la atención que todos los aspirantes presentes muy modositos, recibiendo muestras de simpatía de los asistentes, a grado tal que algunos se presentaron en el presídium ya empezado el acto y bañados de sudor, ya que el calor no solo era humano sino también el clima natural era fuerte, muy fuerte, pero lo superó el calor humano desplegado en todo el evento y en especial a los aspirantes.
Esta demostración es una fortaleza y una debilidad al mismo tiempo.
Fortaleza porque hacía mucho tiempo que no registraba la opinión pública tantos aspirantes y con tanta presencia en la sociedad, unos por la actividad que despliegan propia de sus responsabilidades formales y otros aprovechando sus puestos de elección popular, desplegando una actividad adicional a sus responsabilidades de legisladores, haciéndose presentes con diferentes gestiones y atenciones para el electorado y si mantienen esa unidad el triunfo está asegurado.
Mantener una unidad real entre los aspirantes y sus seguidores debe ser la prioridad fundamental del Partido y de los que tomaran la decisión final.
Debilidad porque si la unidad se resquebraja por las razones que se quiera, el partido debe preocuparse.
Hay desde luego márgenes para que todos continúen su carrera política. Inclusive hay tres aspirantes priistas que sin duda recuperarían Mérida. La unidad es la garantía del triunfo y de muchos espacios y la historia reciente así lo acredita
Pasando a otra cosa. ¿Recuerdan que el día de las elecciones pasadas detuvieron al chofer de Ricardo Monreal con 50 millones de pesos en efectivo y armas?
Y de pronto ninguna noticia más al respecto. Silencio sepulcral al mismo tiempo de Morena, su dueño López Obrador y su candidata a gobernadora del Estado de México, que manifestaron que ganaron y que tenían el 100 por ciento de las actas computadas y les daba una victoria holgada.
¿Será que se negoció el silencio de ambas partes, del gobierno y de Morena? Uno para no proceder a las consignaciones correspondientes y el otro a reconocer el triunfo del PRI en el Estado de México y Coahuila y tan amigos como siempre?
El presidente del PAN es tan mentiroso como el dueño de Morena, ya que al igual que él, declaró que tenía el 100 por ciento de las actas computadas de Coahuila y que habían ganado la gubernatura y resulta que, revisadas las casillas, el PRI ganó no por mucho, pero si por lo suficiente.
Hay que tener cuidado con este par de mentirosos y sus inventos con el fin de agredir al gobierno, al que por cierto su presencia la han obtenido a base de agredir al Presidente Peña Nieto y a pesar de descalificar todo lo que hace el gobierno, México no ha perdido el rumbo. Crece no a lo que puede y se necesita, pero crece más que cualquier otro país de América Latina y de muchos países muy calificados y desarrollados, con todos los problemas heredados de los 12 años trágicos, violencia, drogadicción impunidad aumento desmedida de la corrupción, el país permanece sin desbaratarse.
Seamos objetivos, todos los personajes políticos y agrupaciones de todo tipo, han crecido a base de agredir, a veces extralimitándose en groserías olvidándose que significa la figura presidencial, al Presidente de México. No pidamos que otros respeten lo que nosotros ofendemos.
