Por Carlos Capetillo Campos
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Este mes de septiembre desde 1810 es el más significativo para los mexicanos, ya que se celebra el inicio de la lucha de la Independencia y otros eventos que merecen nuestro respeto, como la gesta de los niños Héroes de Chapultepec.
Es un mes en que salen a la venta muchos de nuestros símbolos patrios, como la bandera nacional que se ve ondear en los autos, en las calles, en los edificios públicos, en las casas particulares, hechos que, sin duda, fortalecen la identidad nacional.
La concentración de mexicanos en el Zócalo y en todas las plazas principales de cada entidad federativa, sin que se manifieste alguna falta de respeto para las autoridades por más rechazo popular que tengan. Los agitadores de siempre, los que viven del desorden, son los únicos que se manifiestan sin mayor eco.
Los medios dan cuenta, pero este año y estos días, los medios están inundados de noticias de no malas, sino pésimas para el prestigio del gobierno y del país, desde el sismo y los huracanes que impactaron a los municipios más pobres, como Oaxaca, Chiapas y Veracruz, hasta fraudes en las empresas paraestatales, sobre todo en la empresa más importante del país y que por lo tanto debe ser la más vigilada para aprobación de la sociedad, hasta las dependencias responsables de combatir la pobreza, que no se explica en un país tan rico en recursos como el nuestro, pero que los principales jinetes del mal, la corrupción, impunidad, ineficiencia y deshonestidad, hacen posible lo que se creía imposible: que un país inmensamente rico tenga un pueblo en su mayoría pobre.
El cinismo sin límites de diputados y dirigentes partidista del PAN, que niegan su firma, han convertido un acto de trámite automático en un circo político, con el caso del Procurador General de la República a Fiscal General de la Nación. Y lo peor del caso es que todos los partidos reconocen a un profesionista de amplia capacidad, de prestigio, en fin, de cualidades que son apreciadas en un funcionario de esa área. No importa bloquear a una persona útil para el país, lo que les importa es el escándalo político, la ganancia partidista, y se exhiban como cínicos permanentes al negar la validez de su firma, con el pretexto de que no leyeron lo que firmaron. Ah barbaros. Qué clase de diputados tiene la sociedad. Y estos quieren mejor puesto en la vida política del país.
Y un político que hace 17 años que está en campaña, lo que le reditúa grandes cantidades de dinero que a nombre del pueblo se le entrega a su partido y a todos los demás partidos, pero que los demás rinden cuentas y éste político no rinde cuentas de ningún tipo. Y el gobierno a nombre del pueblo, de sus impuestos, sigue entregando cuantiosos recursos para que sea insultado con expresiones como “la mafia del poder”, “corruptos”, “ladrones”, sin que aporte una sola prueba, pero como dice el adagio popular, calumnia que algo queda.
Este político, con dinero de los mexicanos, en gira por diferentes países, llegó a Norcorea, a ponerse a las órdenes y a lo mejor a tomar un curso de dictador y agresor de la humanidad, como se muestra el Presidente de ese país. Cosas vemos.
Y el de la honestidad valiente, abre sus brazos con todo su afecto y confianza para recibir al rey de la corrupción, al señor de las ligas, a su persona más cercana, a su secretario particular, a René Bejarano y ahora niega a la diputada Cadena y a Delfina Gómez, que actuaron en su nombre pero que hoy ya no le sirven y simplemente las desecha.
Y amenaza a Ricardo Monreal, que desde hace 20 años le ha sido un escudero fiel, simplemente por pedir que se le aclare las elecciones para candidato de Morena a Jefe del Gobierno de la Ciudad de México. De verdad que él quiere esclavos, no simpatizantes.
Y las irregularidades en el Paso Express de Morelos y de las empresas fantasmas, son ocasiones espléndidas para que el gobierno aplique la ley en forma oportuna, diría inmediata, clara, justa, precisa, que convenza a la opinión pública que se defiende el interés nacional. Y no hay que olvidar que la percepción es más poderosa que la realidad.
Y este mes de septiembre debemos celebrar a la Patria y a sus actuales defensores, que apliquen castigos a los responsables no solo con el rigor de la Ley, sino con ejemplares castigos, no solo legales, sino también sociales y económicos.
Esos funcionarios que en Veracruz reparten apoyos a los afectados por el Huracán, con logotipos del partido gobernante, es seguir con prácticas que la sociedad no acepta, sobre todo para con los más afectados. No solo cesarlos, sino inhabilitarlos de por vida.
Hay que actuar con energía y compromiso.
Te saludo cordialmente.
