Por Carlos E. Bojórquez Urzaiz
Yucatán atraviesa un momento definitivo. Con el Renacimiento Maya en marcha, el gobierno encabezado por Joaquín Díaz Mena ha adquirido el compromiso de llevar a la práctica los principios de la 4t desde una perspectiva profundamente territorial, comunitaria y humanista. En este momento, la entidad vive una etapa donde justicia social, bienestar y participación ciudadana se convierten en ejes rectores de la política pública.
Hace poco, durante la reunión de la presidenta Claudia Sheinbaum con mandatarias y mandatarios estatales—encuentro al que asistió nuestro gobernador Huacho Díaz- se reafirmó el compromiso de trabajo conjunto entre los gobiernos locales y el Gobierno de México. Entre los temas de agenda revisados se mencionaron avances generales de programas federales como IMSS-Bienestar, que complementan las prioridades estatales sin sustituirlas. Esta coordinación fortalece el rumbo que Yucatán ha trazado para consolidar la 4 T en el territorio.
En tal sentido, El Renacimiento Maya es, ante todo, un proyecto de justicia social y cercanía con el pueblo yucateco. Parte de la convicción de la prosperidad compartida, de que el desarrollo debe llegar primero a quienes históricamente han sido ignorados. Hablamos de comunidades mayas, zonas rurales, familias trabajadoras, juventudes yucatecas, madres autónomas, adultos mayores y sectores que durante décadas permanecieron marginados del presupuesto y de las decisiones públicas.
La 4 T rompe con la visión centralista y vertical que predominó en gobiernos anteriores, colocando al pueblo en el centro del quehacer gubernamental. Uno de los pilares del Renacimiento Maya es el bienestarsocial, entendido no solo como acceso a servicios, sino como la posibilidad de vivir con dignidad. En este sentido, el fortalecimiento de la infraestructura educativa, cultural y comunitaria es una prioridad. La recuperación de espacios públicos, la mejora de escuelas y la ampliación de programas de apoyo social buscan que cada comunidad tenga las condiciones para desarrollarse plenamente y sin exclusión.
Otro eje fundamental es el desarrollo productivo con justicia social, que contempla la reactivación del campo, la ganadería, la defensa de la soberanía alimentaria y el impulso a cadenas de valor locales. Yucatán es tierra de trabajo y tradición agrícola; por ello, el gobierno estatal apuesta por políticas que devuelvan a las y los productores el lugar que merecen en la economía. La meta es que las familias del campo vivan mejor, con precios justos, apoyo técnico y acceso a mercados más equitativos. Y en el ámbito del desarrollo territorial, el Renacimiento Maya reconoce la pluralidad del estado. No existe un solo Yucatán, único, y por eso el plan adopta un enfoque diferenciado que atiende las necesidades específicas de zonas rurales, urbanas, costeras y mayas. Esta visión permite que la 4T llegue de manera efectiva y adecuada a cada comunidad, respetando sus particularidades y fortaleciendo su identidad.
Por eso la coordinación con el Gobierno de México es un punto clave para el éxito de estos esfuerzos. La relación entre el gobierno estatal y la administración federal se basa en coincidencias programáticas, respeto institucional y una visión compartida del país. Programas federales como IMSS-Bienestar se articulan con las estrategias locales sin imponerse sobre ellas, permitiendo que los principios de la Transformación se materialicen de forma ordenada, eficiente y sin duplicidades.
De este modo, El Renacimiento Maya es una expresión concreta del segundo piso de la 4 T en Yucatán. No es solamente un plan de gobierno, sino que marca una ruta que integra la visión federal con las necesidadesde las familias yucatecas. Su fuerza radica en su cercanía con el pueblo, en su enfoque territorial y en su capacidad para tejer consensos que permitan avanzar sin dejar a nadie atrás. Se gobierna para el pueblo, no para los algoritmos. La militancia de Morena en Yucatán puede reconocer en este proyecto un horizonte claro, donde el desarrollo se impulsa desde abajo y con la gente, que recupera su identidad para caminar hacia el futuro y que se suma, con firmeza, al proyecto nacional encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum.


