Vi su foto, yo no le conocía, y se trataba de un chico de tez morena y alma peruana, un niño, veinte años cumplidos en enero, alguien que soñaba las luces del toreo, alguien que se llevò las sombras, un ser que quería torear, que amaba torear, que gozaba torear. Yo no sé muchas cosas de Renatto… sé lo que adivino de él a través de sus redes sociales y lo que me cuentan mi querida Magaly Zapata y Joaquín Galdòs.
Renatto fue niño torero, un pequeño que desde siempre deseaba ser matador de toros, peruano, Joaquín Galdòs me habla de sus días con él y Andrés Roca Rey… Me envía una foto de este chico en una tienta con su reloj, y me relata que Fernando Roca Rey le decía que se lo quitara. Veo la foto y veo el reloj en la muñeca franca y joven. Y veo la esperanza, las ilusiones, la juventud, la garra. Veo a un niño sereno, con raza. Y todo eso se ha ido…
Un novillo se llevò ayer la vida en un pueblo de Perú. Un novillo y la mala suerte. No traté a este joven, puedo imaginar su voz, la misma voz de cada novillero que inicia, con todos converso, y todos me relatan inquietudes y anhelos, todos me trasladan su pureza. Renatto me parte el alma, su partida me llena de tristeza, leí en su twitter que le gustaba diciembre, era romántico, estaba lleno de ser.
Quisiera para este ángel, héroe de este arte que es tan de verdad, un minuto de silencio en cada ruedo y una ovaciòn, y quiero enviar mi más càlido abrazo a sus familiares y amigos. Descansa en paz, Renatto, tu entrega y tu aficiòn tremenda quedan escritas en oro en la tauromaquia. Qué dolor… Qué pena…
Dedicado a Renatto.
