Por: Mtro. Jordy R. Abraham Martínez
La contingencia de salud provocada por la pandemia del Covid-19, ha sacudido al mundo de diversas formas. Lo que inició como un problema sanitario, se ha ido transformando en una crisis económica cuyas dimensiones aún no alcanzamos a visualizar. Sin duda, son tiempos difíciles, tiempos que exigen tomar decisiones valientes, pero complicadas, encaminadas a salvar vidas humanas. Así, son muchos los negocios que se han visto en la necesidad de cerrar sus puertas, al menos de manera temporal. Está claro, la salud es prioridad, y está por delante de la economía, porque, sin salud, no queda nada más.
Se dice que las crisis sacan a relucir lo mejor y lo peor de cada uno. En gran medida, esto es comprobable si observamos la historia reciente y, desde luego, también las organizaciones y empresas muestran su lado más amable o, en dado caso, su carencia de valores sólidos. En medio de la contingencia, la solidaridad se asoma en la actitud y las acciones de muchísimas personas. Es en estas horas obscuras, donde las corporaciones también tienen la oportunidad de demostrar su compromiso con la responsabilidad social.
Es entonces, que algunos líderes empresariales, asumen la iniciativa por hacer frente a la emergencia, con sentido humanitario, aunque sin dejar a un lado la sensatez y la asertividad. La adversidad, a su vez, permite replantear aquello que representa una fortaleza y aquello que se presenta como un área de oportunidad para un determinado negocio. Las empresas que aprenden a adaptarse a los cambios son las que son capaces de salir adelante en circunstancias de dificultad, e incluso traducen las lecciones adquiridas en protocolos que mejoran su desempeño de cara al futuro.
Tal es el caso de Grupo Xcaret, un corporativo que se ha consolidado a través de los años como un referente en materia turística, atrayendo a cientos de miles de visitantes nacionales e internacionales anualmente, en sus numerosos parques de atracciones. Esta empresa, fundada a raíz de los sueños del vislumbrador Miguel Quintana Pali, ha sabido sortear los retos que se le han impuesto sobre la marcha, con el apoyo de una mística de trabajo colaborativo, así como una arraigada identidad corporativa.
Así ocurrió en 2005, con la inusitada llegada del huracán Wilma, que tuvo efectos devastadores para Quintana Roo y, por supuesto, causó estragos en las instalaciones de los diferentes parques de Grupo Xcaret. Fue entonces que, a pesar de las importantes pérdidas económicas debidas a la contingencia, la dirección del corporativo optó por la congruencia y decidió mantener a la totalidad de su plantilla de colaboradores. Según el testimonio del propio Quintana Pali, la crisis sirvió para crear una mayor cohesión entre el personal de la familia Xcaret.
La responsabilidad social empresarial se demuestra en momentos de turbulencia, donde la incertidumbre aparece y la determinación es fundamental. En este sentido, ante esta nueva contingencia de salud pública, Grupo Xcaret ha tomado la decisión de renovar su compromiso hacia los trabajadores que ofrecen sus servicios para dar vida a esta embajada del turismo nacional. La consideración no es menor; son alrededor de 13,000 familias cuyo sustento se encuentra en empleos otorgados por este corporativo.
Más aún, el paso de Wilma, dejó para Grupo Xcaret, en palabras del arquitecto Miguel Quintana, una cultura del huracán, que asentó las bases para la reconstrucción de parques más resistentes y seguros para todos los visitantes que se deleitan con las muchas atracciones y experiencias ofrecidas. El ADN de esta empresa se refleja en el día a día, pero cobra especial relevancia en medio de esta crisis que amenaza con poner a prueba el porvenir del Grupo.
De este modo, se vuelve crucial que los empresarios y directivos de grandes organizaciones, refrenden su compromiso con la responsabilidad social. Hoy nuestro país necesita de la solidaridad de cada mexicano y mexicana. Los valores que nos distinguen deben hacerse presentes. Ciudadanía, iniciativa privada y autoridades gubernamentales requieren hacer sinergia, para que podamos superar esta contingencia. Es tiempo de liderazgos, porque solo por medio de unidad y fortaleza seremos capaces de sobreponernos al gran reto que se nos presenta. Con certeza, esta situación difícil nos volverá una sociedad más resiliente. Los mexicanos somos gente talentosa, tenaz y solidaria.