La Secretaría de Salud presentó los resultados de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2025 (ENCODAT), con datos reveladores sobre las tendencias de uso de sustancias entre la población mexicana de 12 a 65 años. El titular de la dependencia, David Kershenobich, expuso que la cannabis se mantiene como la principal droga ilegal en México y que su consumo ha mostrado un incremento sostenido en los últimos años, una tendencia que se observa en contraste con la disminución del consumo experimental entre adolescentes. La presentación del estudio se efectuó en el marco de la conferencia matutina de Palacio Nacional como parte de la Estrategia por la Paz y Contra las Adicciones impulsada por el gobierno federal.
De acuerdo con los datos de la ENCODAT 2025, el porcentaje de adultos que ha consumido cannabis alguna vez pasó de 9.3 por ciento en 2016 a 13.3 por ciento en 2025, lo que consolida a esta sustancia ilegal como la más prevalente en el país entre las estudiadas. Este aumento se registra en un contexto en el que otros grupos de drogas también presentaron variaciones; por ejemplo, el uso de alucinógenos en adultos creció de 0.8 por ciento a 1.5 por ciento, al igual que los estimulantes de tipo anfetamínico que subieron de 0.9 por ciento a 1.6 por ciento en el mismo periodo.
La encuesta también destaca que, pese al crecimiento en el consumo de algunas drogas, la prevalencia de consumo experimental ilegal general se redujo en adolescentes, lo que las autoridades atribuyeron al impacto de campañas preventivas y programas de orientación dirigidos a jóvenes. En este rubro, el porcentaje de adolescentes que ha experimentado con drogas ilegales pasó de 6.2 por ciento en 2016 a 4.1 por ciento en 2025, mientras que en adultos se observó un incremento de 10.6 por ciento a 14.6 por ciento.
El informe de la Secretaría de Salud también aborda el consumo de sustancias legales como el alcohol, que continúa siendo la sustancia más usada en el país. Los datos señalan que la proporción de personas que ha consumido alcohol alguna vez aumentó levemente de 71.0 por ciento en 2016 a 73.7 por ciento en 2025, con un aumento notable en mujeres adultas. No obstante, entre los adolescentes se registró una disminución tanto en el consumo de alcohol alguna vez como en el consumo excesivo en los últimos meses, una tendencia que las autoridades interpretan como indicativa de la efectividad de las estrategias preventivas dirigidas a este grupo de edad.
La ENCODAT 2025 también pone atención en el uso indebido de medicamentos y sustancias asociadas a dependencias, como es el caso del tramadol, un analgésico opioide cuyo consumo indebido se ha incrementado de 1.3 por ciento en 2016 a 2.5 por ciento en 2025. El consumo de opioides en general subió de 0.1 por ciento a 1.4 por ciento durante el mismo periodo, lo que motivó a las autoridades a establecer requisitos más estrictos para su prescripción con el objetivo de minimizar riesgos de dependencia. A pesar de este aumento, la prevalencia de consumo de fentanilo, otra sustancia opioide, se mantiene en niveles bajos.
En materia de tabaco y nicotina, el estudio indicó un comportamiento mixto: el consumo de tabaco convencional disminuyó en el periodo analizado, mientras que el uso de cigarros electrónicos mostró un incremento, lo que ha llevado a la Secretaría de Salud a impulsar regulaciones y campañas educativas para alertar sobre los riesgos asociados a estos dispositivos, especialmente entre adolescentes.
Además de los patrones de consumo de sustancias, la ENCODAT 2025 analiza la relación entre adicciones y salud mental, advirtiendo que adolescentes presentan mayores niveles de malestar psicológico, comportamientos suicidas y otros factores de vulnerabilidad en comparación con adultos, lo que subraya la necesidad de orientar las políticas públicas hacia la atención integral de estos problemas.
La encuesta se realizó a una muestra representativa de 19 mil 200 personas en todo el país y ofrece una perspectiva amplia sobre la evolución de los hábitos de consumo de sustancias en distintos grupos de edad. Las autoridades sanitarias han señalado que los resultados servirán de base para diseñar e implementar políticas públicas de prevención, tratamiento y regulación, con especial atención en los factores sociales y de salud mental que inciden en el consumo de drogas, alcohol y tabaco.


