Por: Aída Maria López Sosa.
“Auténtico temperamento de poeta, sensibilidad finísima, noble y varonil buen gusto, López Méndez se señaló desde sus primeras salidas al campo literario como un escritor vigoroso y personal”. Antonio Mediz Bolio, poeta y político.
“Ricardo López Méndez se distinguió por la finura y reciedumbre de sus poemas, como puede verse en las bellas letras que acompañan a las canciones de Guty Cárdenas y en temas nacionales, por el dedicado a Morelos, y su inspirado Credo a la nación mexicana”. Silvio Zavala, historiador y diplomático.
Las palabras se las lleva el viento, sí, las palabras volaban jubilosas con “El Himno a la Alegría” aquella noche del 18 de septiembre de 1930 cuando iniciaba la radio en México y con ella los locutores que le darían vida con su voz. Conocedor de la fuerza de la palabra bien dicha, el poeta yucateco Ricardo López Méndez ingresó como fundador a la XEW Radio: “La Voz de la América Latina” y realizó el primer control remoto desde el Teatro Imperial en Ciudad de México.
El singular xilófono modulaba las notas musicales sol, si, re sol, anunciando el inicio de la transmisión hace 91 años, el cual daría identidad a los mexicanos y los acompañaría en la intimidad de su hogar, tú a tú. El asombroso aparato de moda, llamado igual que el lugar donde se realizaban los programas, reunía a la familia para escuchar al otro lado, la voz matizante de emociones a través de la palabra sonora. Por 25 años fue productor y conductor de “La Hora Azul” con Agustín Lara, en donde leía las cartas y recibía las llamadas telefónicas de los radioescuchas, previo a que el Flaco de Oro deslizará sus delgados dedos por el piano y entonara una complacencia.
La cultura y la modulación de la voz, eran necesarios para tomar el micrófono. Ricardo López Méndez aventajaba, su vena poética dotaba de musicalidad sus palabras. La académica Silvia Molina en un texto publicado en la revista de la UNAM lo define “como un conocedor del sabor y la fragancia de las palabras”. Los conocimientos en publicidad que tenía, lo llevaron a fundar los primeros cursos en la Escuela Técnica de Publicidad. Su dinamismo e ingenio le dio a la radio un contenido con elegancia: “El lápiz labial Tangee no ha revelado jamás el secreto de un beso”, slogan de su creación con el que promocionaba el artilugio de belleza calificado como feminista, parte de la vida cotidiana de las damas. La marca desde su creación en 1925 prometía ajustarse al tono de la piel después de su aplicación y lo más importante, era indeleble, incapaz, como dijo el poeta, de revelar el secreto de un beso.
Los besos también están en sus poemas. “Nunca”, son versos premonitorios para un amor de Guty y que él mismo musicalizó, han trascendido las fronteras del tiempo y el espacio. En la página oficial de la Sociedad de Autores y Compositores de México, donde es reconocido como socio-fundador, cuenta la anécdota que vivió después de la Segunda Guerra Mundial cuando llegó a Hollywood para enlazar por primera vez un programa en vivo, dedicado a México, desde la Melody Broadcasting a la XEW y visitó a jóvenes militares mexicanos hospitalizados en Los Ángeles. Estos le dijeron que su canción “Amor, Amor” les gustaba, pero que “Nunca”, entonada por sus padres y ellos mismos, les llegaba al alma. La sensibilidad del poeta humedeció su mirada azul y pensó: “Hermano Guty, sin saberlo hicimos una canción para los héroes de guerra”.
Su paso por la W “La grande de México”, dejó un legado histórico y musical. López Méndez fue el primero en producir y realizar “Radiobiografías”. Con el “Diario de viaje de un cantante” difundía las vidas de personajes de la época, cuyos guiones él mismo escribía. Creó el programa “Por qué canté y por qué canto”, para dar a conocer las motivaciones de quienes se iniciaban en el arte. Su imaginación lo llevó a entablar desde el Panteón de San Fernando un “Diálogo con la muerte” frente a las tumbas de personajes ilustres de la Historia de México. Sus viajes por el aire eran con su voz y así creó “Un viaje a la India por el aire”, que posterior se convirtió en un libro con ilustraciones y mapas por el interesante contenido acerca de la tierra exótica.
El escritor francés Jacques de la Lacreitelle decía que la radio marca los minutos; el periódico, las horas y el libro, los días. Ricardo López Méndez incursionó en los tres de ahí su valor para la Historia de México, sin embargo, hoy 14 de septiembre, fecha en la que se celebra el “Día Nacional del Locutor” desde 1957, es justo visibilizar esta faceta del ensayista, guionista y poeta, el primer locutor de la península, que si bien su carrera radiofónica la hizo en Ciudad de México, fue reconocido no solo local y nacional, sino internacionalmente. De su amada Mérida nunca se alejó, a inicios de los ochenta fundó XEMT-FM Estéreo Joya, como lo había hecho años atrás en Ciudad Mante, Tamaulipas.
Fue un personaje patriótico, nacionalista, así se advierte en los poemas épicos escritos para su ciudad y el país. El creyó en México, en su raza, en las luchas que participó apoyando al “Apóstol de los ojos de jade” como llamaba a Felipe Carrillo Puerto, por ello en su madurez escribió el poema en cuatro siglos: “Voz en la piedra”, ya que esta representa “el símbolo inmóvil de tu historia…”, la cual va más allá de la alegoría como lo expresa en el último terceto: “¡Intacta tierra del Mayab, intacta,/ nadie podrá llegar hasta tu entraña/ sin que sangren sus manos en la piedra!”. El “Vate” como lo nombró Antonio Mediz Bolio, vislumbró las sempiternas desigualdades que a la fecha “crucifican el corazón del viento”.


