El presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, anunció este miércoles la eliminación de la subvención a los combustibles y un incremento significativo del salario mínimo nacional, en un paquete de medidas orientado a reordenar las finanzas públicas y enfrentar la crisis económica que atraviesa el país.
En un mensaje oficial, el mandatario explicó que estas decisiones forman parte de un ajuste profundo de la política económica. Entre los cambios más relevantes, destacó que el salario mínimo nacional aumentará de 2.750 a 3.300 bolivianos, lo que representa un incremento del 20 % y tendrá vigencia desde el 2 de enero de 2026.
Paz afirmó que estas acciones buscan proteger a los sectores más vulnerables y fortalecer la economía en un contexto de estrechez fiscal. Según informes oficiales, la eliminación de la subvención implicará ajustes en los precios de la gasolina y el diésel, que dejarán de estar controlados por el Estado tras más de dos décadas de aplicación de este esquema.
Fuentes del Gobierno indican que la eliminación del subsidio a los hidrocarburos se acompaña de la modificación de otros beneficios sociales. Además del alza del salario mínimo, se aumentará la Renta Dignidad a 500 bolivianos y el Bono Juancito Pinto a 300 bolivianos, medidas que, según las autoridades, buscan amortiguar el impacto del ajuste económico en hogares de bajos ingresos.
El ministro de Hidrocarburos informó que, con la eliminación de la subvención, los precios de los combustibles serán actualizados para reflejar los costos reales del mercado. Este cambio es considerado por el Ejecutivo como un paso necesario para controlar el gasto público y reducir el contrabando de carburantes hacia países vecinos, que se ha visto intensificado por el diferencial de precios entre Bolivia y naciones cercanas.
Las medidas anunciadas han generado expectativa y debate entre diferentes sectores de la sociedad boliviana, quienes observan con atención los efectos que tendrán estas reformas en la economía familiar y empresarial durante el próximo año.
