Por: Cristina Padín.
Era 13 de junio. Un día dorado y perfecto. Ir a la procesión era algo que hacían cada año y les resultaba hermoso. La tradición es algo bello que hay que cuidar y respetar. En Sanxenxo vivían los dos pequeños de los hermanos.. y acudirían con los abuelos. Era a las nueve de la tarde.. y les fascinaba que el sol todavía tardara más de hora y media en acostarse.
En su cama de mar de plata..
El tercero justo se llamaba Antonio.. su santo daba inicio al verano y a lo que es tan bonito. Estudiaba en Madrid, y regresaba justo ese día de ver torear a José Tomàs. Le encantaba el toreo. Las mayores estaban viajando. La familia sabía que leer y viajar abre mucho la mente, y es lo mejor. Ninguno olvidaba rezar a san Antonio. Una fecha que adoraban..
Al día de san Antonio y a cada Antonio
A José Tomás
A los tomasistas que tan bien lo hemos pasado en Jaén
A los largos días de junio
A mi Luis
A Albriux
A las tradiciones