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Scorsese vs Marvel

David Moreno
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Entretenimiento, por: David Moreno

El mejor director de cine norteamericano desde la segunda mitad del Siglo XX se llama Martin Scorsese. Se trata de un artista que ha puesto su enorme talento al servicio de grandes historias, historias que ante todo tratan sobre la condición humana y sobre un hecho que la define: la redención. Por ello no es de extrañar que a Martin Scorsese un tipo de cine en el que tal circunstancia no es importante le resulte completamente ajeno, es decir es un cine que habita en las antípodas de lo que él considera como un arte que debe reflejar ante todo los conflictos morales por los que atraviesa el hombre para poder encontrarse a sí mismo en medio de una sociedad compleja y con muy poca tendencia hacía lo fantástico como una ruta para escapar de la realidad.

Por ello a Martin Scorsese las películas de Súper Héroes, concretamente las de Marvel, le parecen un parque de diversiones que poco tiene que ver con el hecho de narrar historias a través del lenguaje audiovisual. La realidad es que el director neoyorkino tiene bastante razón al calificar a las películas de los Avengers y compañía de esa forma. Las películas del MCU son ante todo atracciones a las que uno decide subirse con la intención de disfrutar de un espectáculo visual y auditivo por que el que transcurren una enorme cantidad de emociones que poco tienen que ver con las que despierta el cine que hace Martin Scorsese. Son rapidísimos viajes por una montaña rusa que dejan muy poco tiempo para la reflexión. De lo que se trata es de desplegar un espectáculo visual y auditivo que ataca directamente a los sentidos y no a la razón, lo que no me parece algo despreciable – como lo calificaría Francis Ford Coppola, subido al ring de la polémica – sino simplemente es otra forma de abordar a la narrativa cinematográfica, una que privilegia al cine como entretenimiento.

Y es que dentro de la industria del entretenimiento se entiende al hecho de producir películas como una fábrica que cuenta con una línea de producción de la que dependen desde los dueños de los estudios hasta las personas que venden boletos en las taquillas de las salas de exhibición. En ese sentido Marvel, DC, WB y en general todas las grandes casas productoras hollywoodenses privilegian, evidentemente, al cine como negocio por sobre su vertiente artística. Se trata de ganar dinero y creo que no ocultan en ningún momento tal intención. Por otro lado, estoy seguro que no existe en el mundo ningún director o directora que haga cine solamente por el hecho de hacer arte. Quien afirme lo anterior miente descaradamente pues lo que todo cineasta busca es ante todo vivir de su arte para poder seguir produciéndolo. Lo que sí creo que es que gente como Scorsese está comprometida a filmar películas reivindicando ante todo al cine como una expresión que tiene valores propios, que ha creado una forma particular para contar historias a través de su propio lenguaje – aún dentro del sistema de estudios hollywoodense o al interior de cualquier cinematografía mundial – y al mismo tiempo encontrar dentro de esa manera de contar historias una voz propia, un sello, una característica que refleje una visión del mundo y que por lo tanto los convierta en autores

Entonces creo que la discusión tiene una dirección errónea pues estamos ante dos visiones diferentes de lo que significa hacer cine, dos concepciones que prácticamente han coexistido desde los inicios del cinematógrafo. Por ende el problema no es nuevo y recae en el hecho de que una perspectiva siempre ha tenido la tendencia a imponerse sobre la otra, lo que es más notorio en estos tiempos en lo que lo pasajero, lo efímero, es lo que genera tendencia por lo que el terreno es cada más fértil para que el cine de Marvel y similares vaya generando audiencias que están comenzando a tener una gigantesca y preocupante disposición a pensar que las únicas películas que vale la pena mirar – y sobre todo pagar un boleto para verlas – son aquellas con las características que poseen las de súper héroes o, para ser aún más explícitos, las que abonen por la fantasía antes que por una confrontación con la realidad. Y eso es aún más preocupante cuando uno lee o escucha un sinsentido del tamaño de “Joker es la mejor película de la historia”, pues ello pone en evidencia que la cinefilia está tomando un solo rumbo, un camino empequeñecido por el dinero y en el que los Scorsese y compañía son poco relevantes aunque su discurso siga siendo preponderante para comprender mejor al mundo en el que hoy vivimos.

David Moreno
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