Con el esfuerzo y vocación emprendedora de los productores agropecuarios, la visión de Estado del Presidente de la República Enrique Peña Nieto y el impulso de las reformas estructurales, planteadas por el Ejecutivo, y aprobadas por el Congreso de la Unión, por primera vez en las últimas dos décadas, México es superavitario en este sector, afirmó el senador Emilio Gamboa Patrón.
En ese sentido, las reformas legislativas se han traducido en créditos financieros con una tasa del 7 por ciento anual –y 6.5 por ciento para las mujeres del campo–, energía eléctrica más barata para el sector primario, y esperamos que en breve bajen los precios del diésel y los fertilizantes, lo que será un nuevo estímulo para incrementar la productividad.
Asimismo, los más de 26 mil millones de dólares de exportaciones agroalimentarias en 2015, son un signo claro de que vamos por buen camino y de que hemos sido capaces de construir bases sólidas para hacer nuevamente del campo un factor muy importante de nuestra economía, pero sobre todo para combatir la pobreza que persiste en ese sector.
Por ello, los senadores del PRI seguiremos trabajando para que los trabajadores del campo dejen de ser objeto de la desigualdad social, así como para lograr que los jóvenes, que salen de sus comunidades para prepararse regresen a ellas y evitar que la mano de obra en el agro continúe envejeciendo.
El coordinador del Grupo Parlamentario del PRI destacó que es necesario continuar con la reconversión productiva a través de la construcción de infraestructura y el financiamiento de la Banca de Desarrollo, a fin de involucrar a todo el agro, a través de proyectos productivos viables y sostenibles.
Por otra parte, los priistas en el Senado continuaremos trabajando para la revisión del Tratado Comercial con la Unión Económica Europea y, por otra parte, estaremos muy atentos a los acuerdos que en la materia se tomen en el marco del Tratado Transpacífico (TTP) y seguir tendiendo puentes a favor de los agricultores mexicanos.
Estamos decididos, dijo Gamboa Patrón a pagar la deuda histórica que tenemos con nuestros campesinos, convencidos de que no podremos alcanzar el país que nos hemos planteado si no logramos que le vaya bien a quien con tanto esfuerzo trabaja el agro mexicano.
