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¿Se le revoca o sigue o qué? Yucatán las compone, pero aún no canta

Jorge Valladares Sánchez
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Por: Jorge Valladares Sánchez *

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¡Salió el Buey! ¿Ven que sí funciona el canto? Estuvo tranquilito diciembre, enero… junio y que se atora junio, julio, agosto… Salta el INE a alisar el terreno, por si acaso; pero ya en septiembre tenemos nuestra flamante Ley Federal de Revocación de Mandato (RM).

Hace menos de 10 días escribía el artículo anterior, que salió el día 7 de septiembre y comentaba la dificultad de darle la importancia adecuada a este tema entre la palabrería e intenciones de políticos/as y gobernantes que en ello se y nos distraen y la enorme dificultad que aún conserva la ley para dar acceso directo a la ciudadanía a tomar decisiones sobre temas públicos que verdaderamente le sean relevantes.

En efecto, luego de meses de descuidar la faena, los/as senadores sacaron prontito una propuesta de ley y cuatro días después ya la cámara de diputados la había pasado sin objeción alguna. Y apenas ayer, ya la publicó el Diario Oficial, con lo cual en menos de 15 días, ese buey salió de la barranca. A eso me referí la semana pasada y comentaba que me los imaginaba cantando a coro y haciendo lo que les pagamos por hacer y que habían desatendido por tanto tiempo. ¿Y qué creen? Que ya lo estaban haciendo.

Reitero que yo en lo personal considero a la RM uno de los Mecanismos de Participación Ciudadana (MPC) menos útiles para el fin de fortalecer a la ciudadanía, aunque más emocionantes ante un escenario como el actual, con la mitad de la población respondiendo positivo o muy positivo a la valoración del Presidente. Y es que lo elegimos para estar 6 años (eso es lo simple) y en ellos darnos resultados en desarrollo y bienestar (eso es lo complejo); además de que él (solito) se comprometió a varios anhelos añejos que compartimos la mayoría de quienes amamos México, y algunos/as aún esperamos que empiecen a pasar esos y los otros logros.

En mi opinión, si un Presidente falla, debe corregir mientras tenga tiempo y pagar cuando el error sea por incompetencia y/o por intenciones ajenas al bien la gente a la que sirve. Mal hacemos al contratar a un funcionario para dejarlo ir sin problema cuando falle; sí, ya sé que lo hemos hecho en decenas de ocasiones, pero el resultado apoya mi posición. No considero funcional darle menos tiempo que el pactado a través del voto, ni veo en la pérdida del cargo sanción adecuada si realmente nos falla.

Pero es un MPC, que al fin se puede usar en el ámbito federal, y aunque llegue a ser tan desatendido o ineficaz como lo fue la Consulta Popular 2021, sirve que se instale y empiece a generar una visión distinta de lo que podemos hacer desde la ciudadanía con la democracia directa. Ya encontraremos temas auténticos y ejercicios idóneos para una segunda ocasión.

Bueno, el caso es que al fin los/as congresistas federales hicieron lo que debieron desde junio. Y ahora podemos revisar cómo lo hicieron y calificar su trabajo; entender si están dotando de un instrumento para la ciudadanía o atendiendo a una lógica política ajena a lo que nos importa y sirve.

Espero haber dejado a la vista las dificultades enormes para que la revocación de mandato realmente sea un ejercicio de la ciudadanía que lo desee ejercer, dadas las condiciones que esos/as mismos congresistas habían puesto en la Constitución en 2019. Uno de los cuales es que tendrían que solicitarlo cerca de 3,000,000 de conciudadanos/as para el caso federal, y para estados como Yucatán, más de 150,000.

La nueva ley, empieza mal, justificable, pero innecesariamente mal, pues la hicieron Federal, pudiendo ser General. Me explico, significa que todo lo que hicieron en esos 15 días es sólo para que si ese montón de gente quiere promover la Revocación de Mandato lo haga para el Presidente de México, pero nada tiene que ver con ninguno de los gobiernos locales, que sí están incluidos en la Constitución. Si ya estaba la bola en juego, ¿qué les costaba batearla bien, como diría conocido funcionario público?

Los transitorios de la reforma que dio vida a la RM le dieron seis meses a los congresistas federales para hacer esta ley, que al fin salió (a los 9) y 18 a los congresos estatales para cambiar sus constituciones, lo cual sigue esperando en la gran mayoría de los casos. Y para el caso de los poquitos estados que ya tenían este MPC entre sus leyes, les dio el mismo tiempo para armonizar con lo dispuesto en la Constitución; cosa que tampoco está pasando aún.

En el caso de Yucatán, en marzo de 2019, me tocó vivir la inesperada e inicialmente alentadora noticia de que el Congreso haría una reforma en pro de los MPC. Unos meses antes nos habíamos reunido 75 especialistas de todo el País para crear lo que se denomina desde entonces el Modelo de Ley Integral de Participación Ciudadana, que puedes bajar en el sitio web del IEPAC Yucatán. A nuestros diputados/as de ese momento (y en muchos otros estados) les hicimos llegar con entusiasmo tal documento, en el que describíamos una forma de regular 19 MPC con una visión amplia, para enfocar la participación de la ciudadanía como una auténtica política de estado. De allí podría cada cual tomar los que se adecuaran a sus circunstancias.

Por algunas horas, mi equipo y yo, alucinamos poder explicarles todo lo analizado, la revisión de todas las 33 legislaciones que habíamos realizado, la forma de visualizar la educación cívica y la participación ciudadana como prioridad cotidiana y las elecciones como un efecto periódico de ellas… Poco duró; delirio al fin, unas horas después, leímos que el punto fue únicamente añadir en la Constitución Estatal la RM, para mal sumarse a los 3 MPC existentes desde años antes.

A pesar de la decepción, y de que esa canción en particular no me gusta, revisamos con detalle la letra y resultó francamente poética, comparada con las versiones de otros estados y la entonces inexistencia federal. El estribillo decía (y dice): “D.- La revocación de mandato de los representantes populares electos”; con lo cual se habría la posibilidad de aplicarlo a “presidentes municipales, regidores y síndicos”, así como a “diputados locales” a partir de septiembre de 2021 (¡sí, ahora, eah!) y por supuesto para el “Gobernador Constitucional del Estado”, pero a partir de octubre de 2024, cuando acabe el actual. Y hermosamente todo quedaba a cargo de definirse en la ley reglamentaria y llevarse a cabo por el IEPAC.

Y ya. Era sólo el estribillo, que sonaba bien, pero daba un plazo de ¿adivinen?… 180 días para hacer las adecuaciones a la ley de 2016, que sigue intacta hasta el día de hoy, habiendo transcurrido ya cerca de 30 meses. Así que, volvemos a las canciones que no nos fallan, las de las niñez, y decimos, que de los 18 que tenían, de los 18 que les daban (los federales), ya no’más les quedan 9, 9, 9, 9; pero de los 6 que ellos/as se dieron, ya llegaron hasta 30, y la cuerda no revienta, enta, enta…

Tema complejo para ciudadanos/as que de buena fe quisieran que suceda. Que se aleja más ante la falta de cumplimiento de la gente a la que le pagamos (y mucho) para que haga la parte inicial, la ley, y de preferencia que la haga pronto y bien. Pero, si ni sus propios plazos cumplen, que nos abran el camino para despedirles es tentador; lástima que con su propio incumplimiento nos lo cierren. Insisto, aunque en Yucatán suene bien que podríamos hacerlo con toda persona a la que elijamos a partir de ahora, me suena a poco como consecuencia por no cumplir, aunque en la ley lo disfracen diciendo que es por “perdida de la confianza”.

También reitero el título de la semana pasada, la Revocación de Mandato NO Va, y si alguien quiere que suceda, tendrá qué llevarla por el camino sinuoso, accidentado y agreste que nos han escrito, nuestros compositores nacionales y locales. Deseo éxito a quien, desde la ciudadanía, lo intente, y me pongo a disposición, si en algo puedo ayudar, por pura solidaridad, y bajo el precepto que he compartido: nadie sabe lo que tiene hasta que lo usa; y nos merecemos usar todos los MPC hasta descubrir lo que tenemos en cada uno de ellos.

Quien sí quiera que se revoque el mandato al Presidente de México, le sugiero tomar en cuenta, desde el principio del intento, que la Constitución en otro artículo (84) también establece que “En caso de haberse revocado el mandato del Presidente de la República, asumirá provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo quien ocupe la presidencia del Congreso; dentro de los treinta días siguientes, el Congreso nombrará a quien concluirá el período constitucional. En ese período, en lo conducente, se aplicará lo dispuesto en los párrafos primero, segundo, quinto y sexto”. Hay que leer esos parrafitos, digo, más vale.

Si alguien lo intenta promover para fines partidistas o de imagen personal, retiro el ofrecimiento. Pero sí le dejo el tip de que lea todo el texto de la ley, pues entre otras linduras generaría silencio de todos los personajes políticos, durante el proceso completo de RM, desde la convocatoria hasta el día de la votación. Y no sé si eso resulte en favor de lo deseado, digo, si vamos a cumplir la ley, je.

En fin, algunas cosas se van aclarando. ¿Deveras? Sí. Luego del único debate considerable sobre el sentido de la pregunta, ya tenemos el texto que en su caso se usaría para el caso federal. Pero… ¿No ya estaba claro en la Constitución? Sí, pero en estos terrenos nada es cierto hasta que se vuelve decreto. Y la pregunta sería:

¿Estás de acuerdo en que a Andrés Manuel López Obrador, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de la confianza o siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo?

Sí. Leíste bien. Esa sería la pregunta, ya no hay vuelta atrás. Los congresistas acordaron ya ni preguntarle a la SCJN, pues ya vieron cómo se las gastan también.

Veamos… La Constitución dice que la RM es “el instrumento de participación solicitado por la ciudadanía para DETERMINAR la conclusión anticipada en el desempeño del cargo a partir de la pérdida de la confianza. O sea que la pregunta debió ser simplemente: ¿Estás de acuerdo o no en que a … se le revoque el mandato por pérdida de la confianza.

El buen Cantinflas, para algunos/as autor honorario de la pregunta de la Consulta 2021, se habría dado cuenta de que a esta pregunta de la RM, en caso de que participe el 40% y gane el SÍ, le seguiría una consulta popular con la pregunta: Sí ¿Qué?, como humorísticamente lo ha hecho notar también el equipo de Paco Almaraz, en su Terapia Intensiva.

Pero, no cunda el pánico, eso sí lo descompusieron y compusieron nuestros creativos senadores/as, dando opciones: 1. Que se revoque, 2. Que siga; y añadirían algunos profesores ortodoxos de la opción múltiple, 3. Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario, 4. Ninguna de las anteriores.

Cantinflas diría que “no hay derecho, chato”. Sí hay, pero en efecto, todavía está chato.

Jorge Valladares Sánchez
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