Sic Sac, por: M.A. Elda Clemente Reyes.
“Son días de guardar, aunque algunos
políticos no se guarden nada y arrecien sus ataques”. Elda Clemente
Nunca la iglesia estuvo expuesta
a las redes sociales como ahora. El Covid-19 movió la agenda de gobierno, pero
también la agenda religiosa. Durante dos años el Vaticano giró indicaciones
precisas a obispos, seminarios, sacerdotes, monasterios y congregaciones, a
respetar la manera de celebrar la liturgia de Semana Santa debido al virus y la
prohibición de concentraciones públicas, emitidas por las autoridades.
Por primera vez en su historia,
se vivió una Semana Santa atípica, con la ausencia de fieles y omitiendo
algunos pasajes bíblicos, que encontraron resistencias en las cúpulas de la
iglesia italiana, quienes intentaron aprovechar el momento para “debilitar” al
Papa Francisco.
Con la pandemia, las misas
empezaron a celebrarse omitiendo el saludo de paz, sin la presencia del pueblo
y con transmisiones en tv y plataformas digitales. Domingo de ramos, misa
crismal, jueves santo, viernes santo, sábado de gloria y domingo de
resurrección, celebrados en la Basílica de San Pedro y la Capilla Sixtina,
fueron encabezados por el Pontífice y vistos por decenas de miles de fieles que
recibieron la bendición virtual.
Durante dos años, los católicos
trasladaron su ferviente creencia a los altares de sus casas, las oraciones,
plegarias, peticiones de sanación y de resignación por los caídos, fueron a
puerta cerrada.
La enfermedad también paralizó la
actividad económica, los rituales y golpeó la actividad de profesionales del
arte sacro quienes tuvieron que guardar sus obras para otro tiempo. Sin
embargo, volverán a ser exhibidos los bordados, túnicas, flores, y mantos o
estandartes recién restaurados, en museos y centros culturales.
Este año, la Semana Santa serán
las primeras actividades sin la amenaza de la epidemia y sin que se impida el
tránsito libre de personas. El papa Francisco presidirá las celebraciones de
manera normal, los ritos vaticanos, como el viacrucis se volverá a llevar a
cabo en el Coliseo de Roma. En Iztapalapa el Comité Organizador ha decidido que
la 179 representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, se realice
una vez más a puerta cerrada. Y, en Campeche durante toda la semana los centros
religiosos celebran misas y el viacrucis será abierto al público con las
medidas sanitarias correspondientes.
Hoy más que nunca, la humanidad
necesita a Dios, por eso las homilías diarias tampoco se detienen, con una
difusión constante a seguir las transmisiones de las ceremonias y participar en
el viacrucis.
La fe pasa su mayor prueba de
fuego. Es momento de fortalecerla acercándonos más a Dios, solo de esa forma
podremos ser capaces de ganar su favor para destruir el plan de los perversos.
Si el Coronavirus no transformó
la mente de los maquiavélicos, no quebró los corazones duros y no doblegó a los
orgullosos. Que Dios los bendiga, no hay nada que hacer por ellos.
La Semana Santa es tiempo de reflexión
en familia y de reencuentro con Jesucristo, recordar y agradecer la muerte de
Jesús como símbolo de salvación para el mundo entero, sobre todo en estos
tiempos en que la oscuridad avanza a pasos agigantados y se ha colado en todos
los niveles.
Son días de guardar, aunque algunos políticos
no se guarden nada y arrecien sus ataques.
Recreados de Jesús, Pedro, Caifas, Pilatos, los apóstoles,
María, y demás personajes. Los testarudos seguirán en lo suyo después de la
gran fiesta de la Pascua de Resurrección (Domingo de Gloria), y seguramente
muchos de ellos cargarán su propia cruz y pasarán una Semana Mayor de pocos
arrepentidos.
Presidenta
#SoyGenteDelPueblo
Integrante
de Comunicadores y Emprendedores A.C.