Tras los incidentes de coches bomba en Acámbaro y Jerécuaro, Guanajuato, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, aseguraron que estos ataques no corresponden a actos de terrorismo. En la conferencia matutina desde Baja California Sur, Sheinbaum fue cuestionada sobre si los hechos podían clasificarse como “narcoterrorismo”. Ella respondió: “No se puede catalogar como terrorismo”, insistiendo en que los eventos reflejan conflictos internos del crimen organizado y no intenciones terroristas.
Sheinbaum enfatizó que su gobierno está colaborando con instituciones federales como la Secretaría de Defensa Nacional, Marina y la Guardia Nacional, y afirmó que el próximo martes se presentará un informe detallado sobre la estrategia de seguridad nacional, permitiendo una evaluación de los resultados al cierre de octubre.
García Harfuch amplió esta explicación, señalando que las explosiones se deben a disputas territoriales y de mercado entre organizaciones criminales. “El terrorismo tiene tintes ideológicos o religiosos”, explicó, “y en este caso, se trata de grupos que compiten por el control de la venta de drogas y otros recursos”. García Harfuch indicó que la Fiscalía General de la República (FGR) está investigando el tipo de explosivos utilizados en estos incidentes, y reiteró el compromiso del gobierno con evitar la impunidad.
En respuesta a la posible relación de los ataques con el Tren de Aragua, García Harfuch descartó su implicación como generador de violencia en esta situación, apuntando que los conflictos están asociados al cártel local de Guanajuato y al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
