Por: Luis Enrique Roche / Coach
Seguramente habrás visto por ahí en las redes sociales o en un grupo de
tu whatsapp una imagen con la siguiente frase: “El 90% del éxito se basa
simplemente en insistir.” Esta tan mencionada cita de Woody Allen habla de la
persistencia como actitud para lograr las metas. Aunque esto pueda ser correcto
y funciona para muchas personas, hay un factor que creo que es más importante.
Insistir tiene un límite… como
todo. Podrás insistir toda la vida en querer lograr algo y nunca poder
alcanzarlo. Te sentirás cansado. Sentirás que ya no vale la pena. Sentirás que
se pasa el tiempo y no estás logrando lo que quieres. Pero tu creencia sigue en
deber insistir, pues será la “fórmula” para llegar a la meta, para que puedas
obtener eso que tanto deseas en la vida, en el trabajo, o en el amor.
Para mí “simplemente insistir” no es suficiente. Le falta algo. Se
necesita una energía vital lo cual te impulse a seguir. Que te lleve a la
conclusión que puedes volver a intentar y que vale la pena seguir. ¿De qué
sirve insistir nuevamente en algo si ya ni las ganas tienes de seguir? ¿De qué
sirve tratar de hacer lo mismo si tu seguridad en ti mismo está baja? ¿De qué
sirve tener tanta evidencia de lo que has aprendido en el camino si tu
motivación está por los suelos?
Insistir por insistir no es la respuesta. Lo que te motivará a seguir, a
luchar, a ponerle todo tu esfuerzo cada vez que te caigas será una razón lo
suficientemente fuerte por la cual puedas continuar persistiendo. Una razón
fuerte y poderosa que te de la energía suficiente para que sea permanente,
inagotable. Eso es la pasión.
Eso que quieras lograr, sobre todo a largo plazo, tiene que tener una
pasión que alimente la motivación. La pasión es un combustible de fuente
infinita. Quien me diga que tuvo una pasión por algo y ahora no, es simplemente
que no estaba claro con lo que es, o era, su pasión. La pasión no es una idea
concreta de algo que se desea. La pasión es un sentimiento que nace del
corazón. Activa las fibras más íntimas de tu ser, te levanta sin que tu cerebro
de la orden de hacerlo. Es lo que te limpia las heridas después de cada caída,
de cada tropiezo que tienes en el camino. Tu pasión será ese choque eléctrico
que impulse tu motivación. Es la energía vigorizante que te mantendrá
insistiendo y persistiendo hasta sentirte satisfecho hasta lograr tus
propósitos.
Si no tienes pasión por lo que haces, cuanto más insistas llegará el
momento que lo vas a resistir. Llegará el momento que te sentirás cansado, te sentirás
frustrado, débil, triste, incompetente y hasta irresponsable. Te sentirás
obligado a seguir sólo por llevarte la contraria, por demostrar a alguien más que
sí puedes, pero sólo será para tener el visto bueno de otro pues lo que habrás
perdido será la confianza en ti mismo. Realmente quién quiere hacer las cosas
de manera obligada, nadie. Sentirte obligado sólo te creará resistencia.
Sólo piensa que cada vez que hayas tirado la toalla en algo fue
simplemente por que no tenías la pasión suficiente para quererlo lograr. El ser
humano está diseñado para vivir de logros. Cumplir las metas hará que te
sientas victorioso, responsable, exitoso, capaz, amado. Eso te motivará para
continuar, y la razón que lo alimentará será tu pasión para llegar ahí, donde
quieres. Sin embargo, no lo lograrás si no sientes una pasión por lo cual
lograrlo, por más que insistas.
Tú tienes el poder de controlar tu vida… ¡Úsalo!