No tienes idea, don Carlos Menéndez, de cuánta gente me dice que soy muy negativo porque siempre ando buscando cosas malas que señalar y, visto así tienen razón pues el periodismo actual parece cosa de focas, sólo es aplaudir y aplaudir. Bueno, pues, pero ya puedo probar, documento en mano, que soy positivo: Me hice ayer la PCR y dí positivo al Covid.
No, nada de que preocuparme por ahora, no tengo síntomas, estoy bien. Conste que dije preocuparme, pero lo dije en referencia a mi salud, aunque en realidad sí ando muy preocupado, preocupadísimo: Ayer estrenamos el año con 176 nuevos contagios “en hospitales públicos”, no tienes ni la menor idea de cómo están los laboratorios privados con largas colas de gente que se hace pruebas anti covid.
Para darte una idea sólo la Clínica de Mérida tiene “diez sucursales” y sus laboratorios andan saturados desde que amanece y casi puedo jurar que sólo esa clínica hace más pruebas que los hospitales públicos, y un elevado porcentaje sale positivo. De gente cercana a mí, 17 nos hicimos la prueba y once dimos positivo ¿Te das cuenta del porcentaje?
Eso, don Carlos, es lo que me preocupa. Si sumamos los positivos de la Mérida a las decenas de laboratorios que operan en la ciudad ¿sabes cuántos contagios habría? No, yo tampoco pero me lo imagino, es algo muy grave, muy grave, pero menos grave de lo que está ocurriendo con los medios de comunicación, incluido el que heredaste.
La gente perdió el miedo al covid porque no tiene suficiente información veraz que la haga ver “el tamaño del bicho”, sólo sabe lo que el gobierno quiero que sepa porque es lo que publican los medios de comunicación y éstos no se atreven a decir más ¿Sabes por qué? Exacto, para no “molestar” al jefe pues se enojaría mucho si le echan por tierra sus políticas económicas que están por encima de sus políticas de salud.
El ABC del periodismo sería una investigación científica, que no deje duda, sobre el covid, sus contagios y sus muertes, y también cómo nos ha invadido en el Estado, para así alertar a la comunidad, como debe hacerse, y machacar y machacar para que les entre en la cabeza que el gobierno no es su cuidador ni su enfermero y que si no nos cuidamos nadie lo hará por nosotros, menos cuando necesitan vender y vender y vender, todo para que circule la lana.
Y tú, jefe, no me puedes criticar ni reclamar nada de lo que digo, si así lo hacías para meterle en la cabeza a los yucatecos que sólo ellos podían cambiar a nuestros gobiernos corruptos, en este país donde la democracia era un mito, donde la participación de los ciudadanos estaba por lo suelos …¿No lo has olvidado, verdad?
Ajá, pues fíjate que no, me contagié en mi casa, no en la calle, aunque en realidad el efecto es el mismo y por eso precisamente insisto en la necesidad de que los medios de comunicación cumplan su papel de informar y hacerlo con verdad para ayudarnos y obligarnos a cuidarnos. Si escuchas mis programas de radio sabrás que yo no quito el dedo del renglón, que nadie me escuche o me haga caso es otra cosa, jeje.
Oye jefe, y para terminar te cuento: el otro día me llamó un amigo y me preguntó si en “este tono” escribí mi libro que te presumí, que si así como platico contigo narro las anécdotas que escribí, porque mi libro es anecdótico; le respondí que no, que el lenguaje es popular, pero no precisamente como estas charlas que tengo contigo.
Muy bien, me dijo mi cuate, pues puedes confundir a “tus lectores” y que crean que en este mismo tono escribes el libro … que buen cuate, si supiera que me leen sólo dos o tres; tú, porque debes estar aburrido con tanto rezo. No don Carlos, no soy hereje, así hablamos entre cuates además que Dios me entiende porque él y yo somos amigos.
Bueno no quiero que te alteres como aquellas noches de cierre de edición que se iba bastantito la lengua … supongo que de penitencia te darán más padrenuestros y avemarías. Ya, adios, bye, hasta la próxima.