La Federación Internacional de Fútbol (FIFA) establece que la longitud oficial de un campo de fútbol para partidos internacionales es de 100 a 110 metros, y como en estos tiempos está muy de moda comparar tamaños usando ese patrón futbolero bien podríamos decir que el proyecto Stratolaunch será como hacer que vuele un campo entero de fútbol.
Y es que las dimensiones de este avión son simplemente espectaculares: 117 metros de envergadura, más de 550 toneladas de peso, seis motores de Boeing 747 y hasta ocho trenes de aterrizaje.
Tras el desarrollo este monstruo con alas se encuentra la empresa Vulcan Aerospace de Paul Allen, quien en su tiempo fue cofundador de Microsoft y que ahora se ha unido al selecto grupo de multimillonarios que, como Elon Musk o Jeff Bezos, dedican buena parte de su tiempo y su dinero a proyectos aeroespaciales. Su objetivo, tal y como indican en su propia web oficial, es forjar una nueva industria para el transporte comercial aeroespacial y, a juzgar por las dimensiones de su juguetito estrella, lo cierto es que podrían cambiar totalmente las reglas de juego
Pero no todo son buenas noticias en este Stratolaunch porque, a pesar de que este gigantesco proyecto sigue adelante, desde diversas webs especializadas han señalado numerosos puntos en contra del que será el mayor avión jamás construido.
Para empezar el diseño que pretende revolucionar la aviación no es demasiado original y, a grandes rasgos, tan solo es la unión del fuselaje de dos antiguos Boeing 747 de United Airlines. Tal y como señala Daniel Marín en Eureka, aproximadamente la mitad del peso de la estructura del avión es nueva y está hecha de materiales compuestos, mientras que la otra mitad procede directamente de los 747.