y cuentan leyendas más antiguas que la vida que una madrugada una anciana rusa que vivía en una región gélida y arisca se despertó de un sueño repitiendo la palabra Talavante..
Así. En mayúsculas.. Ignoraba qué significaba..
La mujer era un ser de raza. Había aprendido a leer muy tarde, y devoraba libros. Había conocido las ventajas de internet, y era capaz de arreglarse muy bien con las novedades..
Desafiando al frío pedaleó en su bicicleta vieja hacia el centro del pueblo. Allí se dirigió a la biblioteca, y buscó en Google esa palabra. Y el ordenador le regaló la magia talavantina..
Supo la abuela que viajaría a España. Quería ver torear a Alejandro, al mago!
Este cuento es gemelo de otro que versa sobre Juli..
Dedicado a mi mago. Lo que es de verdad es para siempre..
Dedicado a la cuadrilla de mi mago
Dedicado a mi familia
A mi Luisito
A Rosario
Y a los ganaderos que lidian hoy