En la pantalla, por: David Moreno.
Comienza durante los primeros días de Enero con el Globo de Oro y tiene su momento culminante en el mes de Febrero con la entrega del Óscar. En el medio hay cualquier cantidad de ceremonias organizadas por actores, productores, críticos, escritores y directores e incluso una que suele pasar desapercibida y que “reconoce” a lo más malito de la industria: los razzies, entregados tradicionalmente un día antes de los premios de la Academia. Es esa época del año llamada desde hace algunos lustros como “Temporada de Premios” y que suele despertar cualquier cantidad de reacciones.
Entre los estudiosos del cine y los “críticos serios” suele existir un desprecio por este tipo de ceremonias, desprecio genuino por parte de algunos los cuales simplemente ignoran las entregas, y uno más fingido en el que es notorio un particular esmero por hacerle saber a alumnos o lectores que ellos o ellas están muy por encima de lo que un grupo de personas decida reconocer dentro del mundo del cine. Por otra parte estamos el resto de los mortales que seguimos con particular interés y por muchas razones lo que sucede durante este mes de reconocimientos cinematográficos. Habrá quien lo haga porque realmente piensa que detrás de un Globo de Oro – por poner un ejemplo- está el voto de auténticos expertos que aprecian el arte del cine; o también habrá otras personas que miran las ceremonias por la moda, por ver como uno de sus artistas favoritos se alza con los premios o simplemente porque el hacerlo les da la oportunidad de convivir con familia y amigos. Lo cierto es que sea usted un especialista en cine o simplemente un interesado en comer pizza en domingo mientras se ve desfilar a las estrellas por la alfombra roja, nadie que haya desarrollado un gusto por el llamado séptimo arte puede mantenerse inmune ante la temporada de premios. Ello a pesar de que cada vez son menos las sorpresas y cuando se llega a la noche del Óscar existen categorías que están prácticamente definidas.
Sin embargo este año la temporada trae consigo algunas cosas que vale la pena considerar. De entrada continúa la imparable irrupción de Netflix como Estudio Cinematográfico y su dominio en el número de nominaciones. La plataforma de streaming tuvo el año pasado con Roma de Alfonso Cuarón una carrera impresionante dentro de la temporada, la cual se ha acrecentado este año con esa obra maestra de Martin Scorsese llamada “El Irlandés” y con la reconocida “Historia de un Matrimonio” Noah Baumbach. Muchos dentro de la industria del cine se han manifestado en contra de la manera como Netflix produce y distribuye sus películas y existe cierta renuencia a premiar a lo que el Estudio está realizando. Ya los Globos de Oro le dieron un primer portazo a las dos fantásticas películas que Netflix presentó el año pasado al premiar a una cinta como 1917 que – de acuerdo a varios críticos – es técnicamente impecable pero que no deja de contar de manera muy convencional una historia de heroísmo dentro de un conflicto bélico. Scorsese es un director que, de manera increíble, históricamente no tiene el reconocimiento que se merece por parte de quienes se encargan de organizar este tipo de eventos, ello a pesar de una vasta e influyente cinematografía que, sin duda alguna, lo convierte en el director norteamericano más importante desde la segunda mitad del Siglo XX hasta nuestros días. Tengo la impresión que su alianza con Netflix no le va a traer muchos premios en esta temporada, pero si por sorpresa la industria decide premiarlo a él y a la plataforma ello significará que finalmente la industria habrá abierto la puerta a los nuevos tiempos, a un cine que no necesariamente está destinado a las salas sino que comparte su exposición con lo que uno decide ver utilizando para ello un control remoto.
Otro punto interesante es la irrupción del cine surcoreano a través de Parasitos de Bong Joon- Ho. El hecho de estar nominada en varias entregas llama poderosamente la atención, no solo porque lo hace dentro de una industria que es, como el mismo director lo apuntaba en los Globos de Oro, renuente a los filmes con subtítulos (algo que desafortunadamente estamos comenzando a heredar en México) sino porque su nominación implica que Hollywood voltee a Asia no solamente como un continente en el que se filma con gran calidad, sino porque ahí está uno de los mercados más sólidos en términos económicos y del cual la industria norteamericana necesita nutrirse.
Estamos entonces en esa época del año en la que se desarrollan muchas partidas preliminares y que tienen su conclusión en esa especie de SuperBowl cinéfilo que es la entrega del Óscar. Para algunos cuantos una época odiosa, pero para muchos de nosotros una de las más entretenidas y divertidas y que sin duda alguna se disfruta, aún cuando existan personas que decidan inscribirla dentro de los terrenos de eso que conoce como placer culpable.