El lunes 26 de mayo de 2025, la Ciudad Vieja de Jerusalén fue escenario de tensiones y violencia durante la celebración del Día de Jerusalén. Grupos de extrema derecha israelíes protagonizaron ataques verbales y físicos contra palestinos, entonando consignas como “¡Muerte a los árabes!” y desplegando pancartas con mensajes provocadores.
El Día de Jerusalén conmemora la toma de Jerusalén Oriental por parte de Israel durante la guerra de 1967. Este año, la marcha coincidió con la actual guerra en Gaza y la intensificación de las operaciones militares israelíes en Cisjordania, lo que exacerbó las tensiones en la región.
Miles de nacionalistas israelíes se congregaron en la Puerta de Damasco, una de las entradas principales a la Ciudad Vieja, portando pancartas que decían “67 – Jerusalén en nuestras manos; 2025 – Gaza en nuestras manos”. Comerciantes árabes del barrio musulmán fueron acosados por jóvenes israelíes, y se escucharon cánticos de “¡Que arda tu pueblo!” y “¡Tu casa será nuestra!” durante toda la marcha.
La policía israelí intervino para dispersar a los manifestantes agresivos y arrestó a varios de ellos. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, del partido Poder Judío, participó en la marcha y pidió la pena de muerte para los “terroristas” en un discurso dirigido a la multitud. Además, visitó el recinto de la mezquita de Al-Aqsa, el tercer lugar más sagrado del Islam, lo que fue considerado una provocación por parte de los palestinos.
Líderes de la oposición israelí, como Yair Lapid y Yair Golan, condenaron los actos de violencia y racismo ocurridos durante la marcha. Lapid afirmó que el evento se había convertido en un festival de “odio y racismo”, y lo calificó como “una vergüenza y un insulto al judaísmo”. Golan, por su parte, declaró que “Jerusalén pertenece a todos los que la aman” y que lucharán por restaurarla como una ciudad para todos.
Desde la presidencia palestina, Nabil Abu Rudeineh condenó la marcha y la visita de Ben Gvir a Al-Aqsa, afirmando que estos actos amenazan la estabilidad de toda la región. La comunidad internacional observa con preocupación el aumento de las tensiones en Jerusalén y la posibilidad de una escalada del conflicto.
La conmemoración del Día de Jerusalén, que para muchos israelíes simboliza la reunificación de la ciudad, es vista por los palestinos y gran parte de la comunidad internacional como una celebración de la ocupación de Jerusalén Oriental. La violencia registrada en esta fecha resalta las profundas divisiones y la necesidad de esfuerzos renovados para alcanzar una solución pacífica y duradera al conflicto.


