Una trágica muerte ocurrió en el noreste de Inglaterra cuando Helen Davey, una mujer británica de 39 años, perdió la vida debido al mal funcionamiento de una cama otomana. Según informes forenses, la plataforma del colchón de la cama se desplomó mientras ella estaba inclinada sobre el espacio de almacenamiento, atrapándola por el cuello contra el marco de la cama. El accidente resultó en su asfixia, y los expertos indicaron que uno de los pistones de gas que elevaban la cama estaba defectuoso.
Davey, madre de dos hijos y dueña de un salón de belleza, fue encontrada por su hija, quien intentó desesperadamente liberarla sin éxito. Pese a los intentos de reanimación, la mujer fue declarada muerta en el lugar.
El forense encargado del caso, Jeremy Chipperfield, emitió una advertencia sobre los riesgos de las camas elevables por gas, indicando que es necesario tomar medidas para evitar futuras tragedias de este tipo. Instó a las autoridades británicas a revisar la seguridad de estos muebles.