La devastación causada por el huracán Helene ha cobrado vidas en una fábrica de plásticos en Tennessee, donde las inundaciones arrasaron con las instalaciones de Impact Plastics el pasado 27 de septiembre. Al menos dos trabajadores, Bertha Mendoza y Mónica Hernández, han sido confirmados como fallecidos, y otros empleados siguen desaparecidos. Las familias de las víctimas acusan a la empresa de no haber evacuado a tiempo, lo que, según ellos, fue un factor clave en la tragedia.
El desastre comenzó cuando el río Nolichucky, desbordado por las lluvias torrenciales, inundó el parque industrial Riverview en la localidad de Erwin, donde se encuentra la planta. Según denuncias de los empleados, a pesar de las alertas de inundación emitidas por el Servicio Meteorológico Nacional, la gerencia de la fábrica no les permitió abandonar las instalaciones a tiempo.
Algunas personas lograron escapar, mientras que otras fueron atrapadas por las aguas al intentar huir en sus vehículos.
La empresa Impact Plastics ha negado las acusaciones, afirmando que los trabajadores fueron despedidos a tiempo para evacuar y que la decisión de permanecer cerca de la planta fue personal de algunos empleados.
Sin embargo, la tragedia ha generado una gran indignación, y las autoridades estatales han iniciado una investigación sobre la gestión de la emergencia. Mientras tanto, las familias afectadas enfrentan el dolor de la pérdida y buscan ayuda para repatriar los cuerpos a México.