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Transformación de la Humanidad: Ellas hablan de Feminismos

Jorge Valladares Sánchez
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Por: Jorge Valladares Sánchez.*

En Facebook y en Youtube: Dr. Jorge Valladares.

Hace un par de meses compartí mi fortuna de conversar con mujeres y hombres del estado de Baja California Sur a invitación de los buenos amigos/as de su Instituto Electoral. Lo destaco como evidencia de la importancia y la utilidad de que hombres y mujeres conversemos sobre lo que podemos sumar para una mejor sociedad, una que sea humanista, como el punto de evolución de otras visiones que procuran la justicia social y la armonía.

Comparto hoy algunas ideas poderosas que escuché recientemente por parte de mujeres que tienen esa misma cualidad y además la generosidad de compartir y la apertura de analizar y hacer girar (conversar) ideas. En especial, lo veo como un momento de continuidad para algunos de los planteamientos hechos, viendo con alegría que cuando ellas comparten se alimentan puntos de coincidencia. Habrá ocasión, confío de retomar en un colectivo amplio y diverso este potencial de encaminarse a una reestructura social que considere a todos y funcione para el bien común.

Nosotrxs por la Democracia, A.C. es un movimiento que se agrupa en torno al impulso a causas muy concretas como los derechos de las personas trabajadoras del hogar, las trabajadoras en plataformas digitales, el desabastecimiento de medicamentos en el sector público, el derecho al ingreso vital y la transparencia; tiene como finalidad cardinal reconstruir la democracia desde la ciudadanía. Tengo el honor de ser su representante en Yucatán y compartir que buscamos generar una Cultura de Paz, entendida como el momento en que una sociedad, una nación, encuentra cobijo en una auténtica justicia social. Cualquier persona o colectivo es bienvenida/o a actuar en conjunto para ello.

Desde hace ya varios meses nuestro coordinador nacional Mauricio Merino abrió un espacio de reflexión colectiva que denominamos “La Discusión que Falta” donde precisamente se enfocan los temas que no se encuentran, pero deberían estar en el foco de los temas del gobierno y particularmente de la ciudadanía.

En esa ocasión abordaron nuestras invitadas un tema cardinal que todavía presenta demasiadas aristas faltas de abordaje: los derechos de las mujeres. Con la muy atinada moderación de Lídice Rincón Gallardo, tuvimos la oportunidad de escuchar a Marta Lamas y Martha Taggle. Quizá no sea casualidad la repetición del nombre, pues Marta significa Señora o Dueña, que nos remonta etimológicamente con claridad al dominio del conocimiento y de los aspectos relevantes en un terreno en particular, el cual es precisamente el caso. La conversación está disponible en Nosotrxs, en facebook y youtube.

Marta Lamas participa desde 1971 en el movimiento feminista, de una manera claramente destacada en distintos ámbitos; es fundadora de la Revista Debate Feminista, el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) y el Instituto de Investigación Simone de Beauvoir. Doctora en Antropología, Investigadora Nacional Nivel II y con 11 libros publicados. Integrante del Consejo Asesor de Nosotrxs.

Martha Taggle es política, feminista, consultora en género y derechos humanos. Experta en tejer redes y articular causas. Impulsora de la sentencia para el cumplimiento de la cuota de género en las elecciones 2012.

Nuestra moderadora de lujo, Lídice, planteó tres preguntas a partir de las cuales tuvieran curso las intervenciones, y posteriormente facilitó el diálogo y clarificación de posturas a partir del flujo de ideas que se desató en ese encuentro. Las preguntas fueron:

¿Por qué es importante hablar de feminismo en el contexto mexicano?
¿Se puede luchar por los derechos de las mujeres y no asumirse como feminista?
¿Cómo mejorar la organización para la exigencia de los derechos de las mujeres?

Lo que viene a continuación no es exactamente las respuestas de nuestras invitadas, sino algunas ideas rescatadas de sus aportaciones. Dejo, sí, a la vista las preguntas porque creo que son elementos que podemos tomar como punto de continuidad para seguir posteriormente la conversación, alimentada por estas visiones que recupero aquí.

Con su frescura, asertividad y calidez características Marta Lamas ubicó al feminismo como uno de los ejes de la justicia social, punto en el que desembocan todas las reivindicaciones de distintos grupos a lo largo de décadas. Nos aclara que el planteamiento del feminismo es que la diferencia sexual no se debe de traducir en desigualdad social, política, ni económica.

Percibe la diversidad de las prácticas de una floreciente juventud de mujeres feministas respecto a las que les eran familiares a quienes se identificaban con ese mismo concepto en tiempos previos, por lo cual aplica hablar de los feminismos (en plural) y clarificar las tendencias y posturas que les unen y diferencian.

Propone que sí podemos hablar de personas que luchan por los derechos de las mujeres sin asumirse como feministas, ya que hay luchas espontáneas de hombres y mujeres, que sin ponerse la etiqueta, tienen un sentido emancipatorio, de respaldo a los derechos. Como forma de respeto generalizado, no se debe imponer el término de feminista a quien desee ser partícipe de estas acciones y posiciones.

En cuanto a la exigencia de los derechos de los mujeres nos sorprende, intencionalmente provocativa, afirmando que para ella hay sólo UN derecho de las mujeres: el que da la diferencia sexual, la decisión de seguir o no un embarazo. Se refiere a que ese es el único que no comparten con los hombres, todos los demás son derechos de la humanidad; el trato equitativo, igualitario en derechos, la vida libre de violencia, todos los demás, son derechos humanos, compartidos.

Lo que sí enfatiza al respecto es que hay cargas sociales que a lo largo de la historia han recaído mucho más en las mujeres, al grado de confundirlo como algo naturalmente femenino. Uno de los ejemplos es el tema del cuidado; todas las personas, bebés, niños/as, adolescentes, parejas, ancianas, enfermas o discapacitadas se han colocado en los hombros de las mujeres. Existe el derecho a recibir cuidados, que va aparejado con la obligación de dar cuidados, cuando cualquier persona tiene la condición de brindarlo. Requerimos una visión donde el ser humano se perciba a lo largo de la vida en un ciclo de necesidad de cuidados a la par que la obligación de cuidar en reciprocidad.

Como alternativa a la idea de mejorar la exigencia de los derechos de las mujeres, se requiere mejorar la comprensión de las vías para construir una sociedad más justa, más equitativa, menos desigual.

Propone recuperar nuestra capacidad de reflexión, que a inicios del siglo previo sí se daba entre la sociedad. Organizaciones con presencia nacional han de promover que gente diversa se pueda reunir a analizar en colectivo un documento, una idea, una propuesta que en común les sea importante. Incidir políticamente pasa por la reflexión y el estudio, así como contar con espacios de debate público que permita compartir perspectivas.

Martha Tagle contextualiza el momento mexicano en un punto de avance relevante en los derechos de las mujeres, particularmente políticos, sin que ello signifique la erradicación de las responsabilidades que se les han asignado de manera desigual en el espacio privado.

Ve en las manifestaciones a nuevas generaciones de mujeres que se reconocen poseedoras de derechos diversos por los que generaciones anteriores tuvieron que luchar. El principal problema que están enfrentando estas nuevas generaciones es que para ejercerlos se enfrentan a múltiples violencias. Y en consecuencia muchas mujeres se manifiestan en torno a ello en los diversos espacios públicos. Los feminismos siempre han sido diversos y hoy eso se manifiesta más, lo cual requiere un ejercicio mayor de respeto a todas esas variantes.

Ella visualiza que puede haber personas que se asumen feministas a modo de bandera y no específicamente por una causa. Considera la necesidad de revisar tres esferas de autonomía de las mujeres, la física, la económica y la toma de decisiones. Esa es para ella la militancia permanente feminista, atender al logro de esas autonomías. Propone que una mujer que se asume como feminista no debe escoger con qué derechos sí y con cuáles no se identifica, sino que debe haber plenitud en los tres aspectos. Hay entonces un movimiento amplio de mujeres y otro rubro propiamente feminista.

Percibe hoy una fragmentación entre feministas, que antiguamente parecían estar unidas dentro de una visión de izquierda política y eso se ha ido diversificando. Es importante reconocer la fractura y hallar precisamente las articulaciones que les permitan seguir trabajando por una agenda conjunta, que sí ocurría en la década anterior.

Lamas puntualiza el tema de la interseccionalidad, refiriendo a que las diferentes dimensiones que nos definen como personas interactúan para definir nuestro modo de pensar y actuar. “Cuerpo de mujer no garantiza pensamiento feminista”. Por ello, las articulaciones tienen que hacerse con diversos grupos, particularmente entre diversidades feministas, pero acercando también a grupos de otros sectores de la sociedad, muchos de ellos de hombres, o simplemente mixtos. Las diferencias subsisten, pero puede haber puntos en los que converjan las causas y visiones.

Es natural que al descubrir las limitaciones que enfrentan las mujeres tiendan a reunirse con mujeres para hacer valer sus derechos, pero en algún punto eso no es suficiente, y tiene que procurarse la coincidencia con una mayor amplitud de personas, en torno a ideas y propósitos. El feminismo tiene que ser una lucha por la emancipación de todos/as y la transformación de un sistema económico, político y social para que no haya desigualdad.

De allí una apreciación de sectarismo que, de ocurrir, es limitante; una visión amplia de emancipación es la solución. Reunirse mujeres con mujeres está bien, y el siguiente paso es reunirse con todas las personas que quieren esa transformación. Se suele luchar por derechos individuales, pero no por los colectivos. No ser atrapados por un derecho o la filiación a sector, sino enfocar una transformación.

Está hablando en pocas palabras de una hermandad existencial, que va más allá de la misma sororidad y las alianzas. La sororidad es positiva, pero no alcanza para hermanar sobre otro género de diferencias. Las alianzas son positivas, ya que a pesar de diferencias vamos por objetivos comunes, que al final deben llevar a la emancipación total.

Respecto a si pueden haber hombres feministas, Tagle responde que no, porque “ese es el espacio donde las mujeres se encuentran” para pensar y hacer posible un cambio que se requiere para las mujeres. Lamas en cambio piensa que el feminismo abarca tres áreas: un movimiento social, una crítica de la cultura y una posición ideológica, que puede ser compartida por cuerpos distintos; por tanto la similitud que presentan muchos hombres en cuanto a la crítica y la ideología abre un espacio claro para sumarse al movimiento.

Una experiencia definitivamente enriquecedora. No acentuaré ni desarrollaré en este momento mis ideas, para dejar solamente a la vista la maravilla de la experiencia de escuchar ese buen diálogo. Y es que mi vivencia del tema ocurre en el contexto de mi parentalidad (tengo dos hijas y un hijo) que incluye la reflexión y temores sobre los efectos de esta historia y presente.

Luego de conversar enfocada y constructivamente sigue siendo necesario el paso de la propuesta e implementación de vías que YA nos lleven a estadios distintos de funcionamiento social. Esta visión de ir a una transformación amplia, planteada por Lamas, coincide mucho con mi idea acotada de paridad cero que en ocasión próxima estaré compartiendo. Así como la lectura de otra poderosa mujer, Gina Villagómez, me da ilustración de cómo debemos exigir a nuestras autoridades que se ocupen de solucionar problemáticas y no de prevenir o atacar las protestas que se dan por el hartazgo ante ellas.

Confirmo entonces en esta oportunidad el potencial de conversar de problemas que muchos/as percibimos y estamos en decisión de cambiar, si disponemos el espacio para hacerlo y la capacidad de construir caminos trasversales a nuestras diversidades y condiciones. Me refiero a los problemas que son propios de la humanidad, y en los cuales tenemos muchas más coincidencias que diferencias.

Si por esas calles vamos codo a codo, somos mucho más que dos…

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*Jorge Valladares Sánchez
Papá, Ciudadano, Consultor.
Doctor en Derechos Humanos.
Doctor en Ciencias Sociales.
Psicólogo y Abogado
Representante de Nosotrxs, A.C. en Yucatán

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