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Transporte urbano en Yucatán: el reflejo de una mala y deficiente planeación de las autoridades

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Mérida, Yucatán, a 13 de junio de 2024.- Después de décadas de un sistema de transporte urbano manejado por la Alianza de Camioneros, quienes poco a poco se olvidaron de los camiones y su mantenimiento, reflejando un deterioro de estos, da un giro inesperado en el 2015, pues Rolando Zapata Bello -gobernador de Yucatán en ese periodo- entregó los primeros 81 autobuses urbanos para el nuevo esquema SITUR -Sistema Integral de Transporte Urbano-.

Al surgir este nuevo sistema en Mérida, se reiteró en varias ocasiones que esta logística iba relacionada con el beneficio de la ciudadanía y de la economía familiar, ofreciendo un transporte de “primera calidad”, ahorrándose el usuario tiempo y dinero; del mismo modo, esta planeación constaba de un proyecto financieramente sustentable.

Sin embargo, dicho esquema nunca se completó ni consolidó, debido a que los responsables del proyecto -el secretario general de Gobierno Víctor Caballero Durán y Hevia Jiménez- no cumplieron con las metas y poco a poco este plan iba en declive. Incluso, se reconoce que el servicio y las unidades eran deficientes porque no había recursos para la renovación y reparación de los camiones y, también, las tarifas no reflejaban utilidades, solo gastos.

Cuando concluye el periodo de Zapata Bello, le entrega el lugar al actual gobernador, Mauricio Vila, quien, a finales de noviembre de 2021, dio el “banderazo” para dar inicio al nuevo sistema nombrado “Va y Ven”, el cual demostraba y prometía un desarrollo tecnológico y logístico en la ciudad para renovarla y fortalecerla con una nueva estructura.

Por su lado, los usuarios ante la noticia festejaron esta innovación para la ciudad, ya que los nuevos camiones no solamente eran novedosos, sino también ellos disfrutarían del aire acondicionado -necesario por el calor extremo que se siente en la capital yucateca-; del mismo modo, gozarían de un nuevo método de pago del transporte -con tarjeta-, por lo que se eliminó el pago con moneda fraccionaria.

La llegada del nuevo transporte era esperanzadora, gradualmente la ciudad iba a tomar un rumbo diferente. No obstante, esa sorpresa decayó al momento de que las autoridades anunciaron los precios y tarifas del transporte.

El gobernador Vila anunció que la nueva tarifa iba a incrementar de $8.00 a $12.00 por pasaje para los adultos; niños, estudiantes y adultos mayores pagarían $5.00 en vez de $2.50; y las personas con alguna discapacidad, no pagarían. Sin embargo, a la gente no le pareció el precio, debido a que le reflejaría un gasto más fuerte a su bolsillo y ocasionaría un desequilibrio en la economía familiar.

De igual manera, al comunicar las rutas que tendrían los nuevos camiones, demostraban el mismo esquema y logística, no hubo algún cambio en las rutas para desahogar el tráfico en la ciudad; tampoco cambiaron los paraderos de los transportes que iban al centro para recoger pasaje, ni se intentó por alguna alternativa beneficiosa para la fluidez del caos vehicular. Asimismo, la distancia entre paraderos -obligatorios- es enorme y, por tanto, afecta a los adultos mayores o alguna persona que le sea difícil caminar y moverse.

Del mismo modo, se puede notar la mala capacitación de los choferes, debido a que estos manejan los camiones sin temor o precaución, quienes en múltiples ocasiones han chocado u ocasionado un accidente; además, ignoran por completo a los usuarios que piden la “parada” del camión para tomarlo y siguen de largo, perjudicando el tiempo de estos.

Igualmente, incrementan los problemas en el Centro, principal zona donde se establecieron los paraderos del transporte, a causa de las calles estrechas relacionadas con el tamaño de las unidades y su lentitud.

Con todo ello, las diferencias que se hicieron notar fueron las tarifas -que perjudicaron a la gente trabajadora-, el nuevo método de pago y el transporte climatizado, lo que evidencia que no hubo una investigación previa por parte de las autoridades y que desconocen del caos vehicular que se vive en la ciudad.

Por último, aún persiste el deseo por parte de la ciudadanía que todo ello cambie con la nueva administración entrante, la cual está obligada a cumplir con las necesidades de la gente y mejorar este nuevo sistema que, hoy en día, no mejora y sí perjudica.

Con información de José Enrique Avilés Laines.

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