Hoy es un día perfecto y así me siento. Estoy agradecido por esta nueva oportunidad que hoy tengo para compartir algo que te podrá ser de provecho en tu vida, así como es en la mía.
Seguramente has sentido algo te frena en situaciones que pueden causar algún efecto negativo en ti. Eso es el miedo. El miedo es el gatillo que usamos muchas veces para tomar decisiones y ejecutarlas, ya sean decisiones de avanzar o frenarse. Pero el miedo va más allá de ser una simple emoción.
Primero que nada, el miedo es una emoción primaria, esto quiere decir que la tenemos desde que nacemos, es una reacción fisiológica que se activa bajo estímulos externos. En las primeras etapas de la vida de las personas el miedo ayuda a la sobrevivencia, y no hay juicios programados para reaccionar ante algo que nos de miedo. Más adelante los miedos, como identificamos que nos ayudan a sobrevivir, comenzamos a crear juicios de experiencias vividas, en las que identificamos a esta emoción como el factor que nos ayudó a sobrepasar dada experiencia. Damos una interpretación propia a lo que experimentamos en la vida y formamos juicios y entonces es cuando le ponemos la etiqueta de miedo a nuestras creencias. Relacionamos nuestros juicios con la emoción que hayamos tenido, y es por esta razón que traducimos la experiencia en juicios. Estos juicios al aplicarlos, apoyados por la emoción de miedo, y ver que los resultados son los mismos o similares en repetidas ocasiones, entonces se convierten en creencias.
Las creencias basadas en nuestros miedos nos impiden lograr cosas extraordinarias, o sea, no tanto de grandeza, sino simplemente fuera de lo ordinario. Y es el miedo lo que accionará cuando aplicamos nuestras creencias. Pero ahora, déjame te comparto lo siguiente, para mí el miedo es la ausencia del conocimiento. O sea, ¿a qué le tengo miedo en realidad? A lo que no conozco. Saber y conocer reducen el sentimiento del miedo. Los niveles de estrés se reducen cuando ya se sabe a qué se enfrenta uno antes dada situación. Por ejemplo, cuando se requiere presentar un examen o una prueba, enseguida la persona se pone nerviosa, le da “miedo”. Su miedo no radica en la preparación que tuvo antes de la prueba o qué tanto conocimiento adquirió antes de la prueba. Pues si la persona no se preparó SABE que no pasará la prueba y se puede identificar que su nivel de estrés es mucho menor que la persona que, en cambio, sí se preparó. Entonces, la persona que sí se preparó por que podrá tener este “miedo”. Y es porque no sabe a qué se va a enfrentar, no sabe cuáles serán las preguntas y las pruebas del examen. Ahí radica su miedo, en lo desconocido. Y esto sería fácil de comprobar si se le dijera un momento antes del examen cuales serían las preguntas y/o las pruebas a pasar. Entonces, el nivel de estrés baja. Ya sea porque sabe la respuesta o porque sabe que no sabe la respuesta. Entonces, ¿De dónde provino el miedo? Del desconocimiento. De no saber a qué se enfrentaba.
Desde mi perspectiva el miedo a parte de ser una reacción fisiológica basada en estímulos externos, el miedo es desconocimiento. No saber. Entonces la manera de enfrentarlo es reconociendo lo que hace falta saber. Cualquier situación se puede lograr si se está seguro a que se enfrenta en el camino a lograr cualquier objetivo. Entre mayor sea tu información de lo que requieres enfrentarte será más fácil tu camino y podrás eliminar o reducir los miedos para lograr cualquier propósito. El miedo no es saber lo que te duele o lo que puede lastimar. En realidad es no saber hasta dónde repercutirán tus resultados. Si sabes a lo que te requieres enfrentar entonces te será mucho menor el nivel de miedo o inseguridad que tendrás para lograr lo que quieres. Y por ende lo lograrás.
Tú tienes el poder de controlar tu vida… ¡Úsalo!
Luis E. Roche
Coach
