Luis E. Roche / Coach
¿Cuántas veces te has dicho que no tienes tiempo para lo que quieres? Veo muy común esta respuesta. No tener tiempo pareciera que ser el factor principal que impide a las personas a no lograr las cosas que desea para sí mismo. Sin embargo, tiempo hay y todos tenemos tiempo para hacer lo que deseamos.
El tiempo como lo entendemos hoy hace pensar que no tenemos lo suficiente. De hecho, la dimensión de tiempo que utilizamos nos limita en sentido que lo que no se aprovecha se pierde, se deja de tener. Sin embargo, no hay que responsabilizar al tiempo por las cosas que no hacemos por falta de compromiso y responsabilidad con uno mismo, inclusive por falta de amor hacia uno mismo.
Decir que no tienes tiempo para algo en realidad es una de las maneras más fáciles de echarle la culpa a algo por lo que no estás dispuesto a cumplir contigo mismo. Hoy día, también comprendo que no puedas verlo de esta manera. Para ti será difícil ver que no tienes tiempo para ti o para lo que deseas, y esto es muy común. En algún momento, yo también me quejaba de no tener tiempo. La realidad es que es más cómodo decir que no se tiene el tiempo suficiente para cumplir los compromisos y ser una víctima de las circunstancias, que hacerte responsable de ti mismo y reconocer que no te has organizado o que no estás dispuesto a pagar ciertos precios para poder hacer todo lo que deseas, o simplemente hacer lo que en realidad deseas hacer.
Si vives en una vida demasiado agitada, piensa en la razón por la cual vives lleno de compromisos. En donde no has puesto un alto para no tener tantas actividades. Reflexiona sobre que necesitas demostrar (y a quien) para estar ocupado todo el día y que luego estés tan agotado que cuando decidas descansar y sientas que no pueda tomar esa decisión, tu respuesta sea: es que no tengo tiempo. Justificarte de esta manera es una irresponsabilidad. A nadie (en situaciones normales) se le pone una pistola en la frente para que acepte tantas actividades y tareas al día. Tú elijes todos tus compromisos. Nadie te obliga.
Y si crees que estás obligado a algo renuncia o recházalo. Pero sí no lo haces por miedo al resultado de ser despedido o rechazado por alguien, reconoce que es tu elección estar ahí en ese trabajo, relación, o compromiso. Tú elegiste aceptar las condiciones. Pero piensa bien en lo que quieres. Cualquier momento es bueno para corregir el rumbo. Acepta que tú estás primero, siempre.
Si sientes que no tienes tiempo, en primer lugar reconoce que tú te has puesto en esta situación y sólo tú tienes el control para cambiar tus circunstancias. No le eches la culpa a nadie ni a nada, incluyendo al tiempo. Piensa y decide qué es lo mejor para ti, no mejor para los demás. Organízate para que puedas darle tiempo a lo que quieres para ti. El descanso es vital para que tu cuerpo recupere la energía necesaria para seguir con los retos de tu vida. Recuerda que tienes 24 horas para hacer todo lo que quieras, si necesitas más tiempo acepta sacrificar ciertas cosas menos importantes para que puedas enfocarte por lo que realmente quieres para ti.
Tú tienes el poder de controlar tu vida… ¡Úsalo!