El 19 de noviembre de 2024, Ucrania utilizó por primera vez misiles ATACMS de fabricación estadounidense para atacar la región rusa de Briansk, según informaron medios estatales rusos. Este acontecimiento se produce dos días después de que la administración del presidente Joe Biden autorizara a Ucrania a emplear estas armas de largo alcance dentro del territorio ruso.
Hasta el momento, las autoridades ucranianas no han emitido declaraciones oficiales sobre el ataque. Sin embargo, la reciente autorización de Washington representa un cambio significativo en la política de apoyo militar a Ucrania, permitiendo el uso de armamento avanzado en operaciones ofensivas más allá de sus fronteras.
En respuesta a esta acción, el presidente ruso, Vladimir Putin, actualizó la doctrina nuclear de su país. Según la nueva directriz, Moscú considerará como una agresión conjunta cualquier ataque de un estado no nuclear que cuente con la participación de un país con capacidad nuclear. Esta modificación refleja la creciente tensión en la región y la preocupación de Rusia por la escalada del conflicto.
La comunidad internacional observa con atención estos desarrollos, ya que la utilización de misiles de largo alcance y los cambios en las doctrinas militares podrían tener implicaciones significativas para la estabilidad y seguridad global.
