Resulta preocupante que el ser humano moderno tienda a acostumbrarse rápidamente al horror. Es impresionante ver cómo los seres humanos podemos pasar de la indignación global a la indiferencia en cuestión de días, horas…
La invasión brutal de Vladimir Putin y del ejército ruso sobre Ucrania ha dejado un nivel de daño terrible. Las crudas imágenes de las principales ciudades y pueblos de ese país muestran una devastación que no puede ser otra que la producida por un ejército que tiene la consigna de la destrucción total.
*El nivel de sufrimiento del pueblo ucraniano es inmenso, como inmensa ha sido la actitud serena y heroica que esta nación ha demostrado frente a tan brutal agresión.*
Hasta hoy, casi cinco millones de ucranianos ha tenido que abandonar sus hogares y su patria, con pocas posibilidades de regresar en el mediano y largo plazos.
Desde el 24 de febrero de este año, los ciudadanos del mundo hemos sido testigos de este conflicto que vuelve a mostrarnos una Europa con explosión de bombas y con sufrimiento para la población civil. Han pasado 77 años de aquella gran destrucción derivada de la Segunda Guerra Mundial. *Ucrania ha venido a recordarnos aquellos horrores del pasado y a advertirnos de la amenaza en el presente.*
*Putin ha dejado en claro que no parará su incursión en Ucrania.*
*Putin no deja de ampliar sus amenazas, toda vez que Suecia y Finlandia han anunciado su disposición para ingresar a la OTAN.*
*No sabemos hasta dónde llegará el Presidente ruso en su desesperación derivada, por un lado, de una resistencia ucraniana que Putin no esperaba y, por el otro, por un nivel de sanciones y aislamiento que Occidente ha aplicado a Rusia con graves daños para su economía y su futuro.*
La sociedad democrática global no puede ni debe voltear hacia otro lado como,si nada estuviese pasando. *LA BRUTAL AGRESIÓN RUSA ES UNA LATENTE AMENAZA AL MUNDO*. El presidente ucraniano Zelenski ha reiterado (en todas las formas posibles) que el horror visto en su país puede convertirse en el horror en otras latitudes, de no frenarse la embestida militar de Rusia.
Hagamos votos para que la comunidad democrática global sigamos trabajando para impulsar todos los mecanismos necesarios para lograr no sólo un cese al fuego, sino una retirada rusa de esa nación invadida.
No bajemos la guardia en la solidaridad y en el envío de ayuda humanitaria internacional a los ucranianos, muchos de los cuales no pudieron abandonar su país y que hoy están atrapados en ese horroroso campo de batalla.
No dejemos de mirar a Ucrania. No seamos indolentes frente al dolor. Ese país nos muestra un rostro de sufrimiento que no podemos ni debemos ignorar.
Sin lugar a dudas, *Ucrania renacerá de sus cenizas, pero requiere del mundo*. Esa disposición y acción concreta global debe ser la semilla de esperanza para alcanzar esa anhelada paz y para evitar que esas brutales acciones militares se extiendan a otras latitudes. No permitamos que la indiferencia y la indolencia frente al sufrimiento aparezcan en nuestros corazones. *Esa adolorida nación requiere de nuestras oraciones, de nuestros pensamientos y de nuestras acciones concretas de solidaridad.*
*Ucrania requiere del mundo y el mundo está obligado a abrazar a Ucrania.*
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