Por: Cristina Padín.
Un 2 de enero se viste el invierno de sol y de plata, de frío y de enero. Un 2 de enero es limpio y nuevo, todo parece todavía envuelto en el papel de regalo (regalen, regalar es algo genial), todo está a punto de estreno. Un 2 de enero ya no es diciembre, pero sí es Navidad. Es turrón, villancico, chimenea, emociones..
Un 2 de enero en un lugar del mundo, uno bello y donde reina la libertad, se premia a alguien que es como cualquiera tendría que ser. Humilde, sencillo, amable, educado. Culto! Y torero. Porque el toreo es cultura y porque torero y culto son palabras para unir en párrafos.
Y ese 2 de enero, festividad del nombre Jesús, es mejor. Más engalanado en esperanza y azul, más aderezado en pasión y rojo. Más. Porque el sacrificio, el saber estar, el saber ser… son los obsequios que se pueden ofrecer. Y se reconocen. Y se premian…
Un 2 de enero es un día tan bueno como cualquier otro para dar las gracias a El Juli…
A mi querido Juli… tan humilde, tan inmenso…
A Manoli, Julián (os adoro) y a la familia
A las personas con libertad: I, JM, M
A las personas con valentía: F, JM
A los épicos
A mi Luis y a Carlos
Al toreo
A la cultura. Sin cultura la vida es pobre
A la Navidad y al plateado enero
