Por: Cristina Padín
La última gota de agua de mar peinaba rizos de espuma blanca
y era azul y templada. Se decantó por subirse al último de los barcos que
conectaban aquella serena playa con la muy hermosa ciudad.. desde allí
iniciaría un recorrido que la llevaría a terminar en uno de los pueblos con más
magia de la zona.. qué bien, meses más tarde, se deleitaría en la lareira con
el aroma de las castañas y el sonido de la lumbre..
Era tiempo de hechos. De estar.
Dirían después cien mentiras mal narradas, el que miente
nunca escribe bien, y una verdad firme y pura. Que fue la época de la pureza,
la que carece de sombras; que fue el día de la valentía, la que camina de ley y
de frente; que fue el momento de la dignidad, lo que es ole y engrandece el
alma; que fueron las palabras de la
sensatez, la que hace versos de concordia y de cordura; que fue la respuesta
del valor. De lo que es y de lo que sabe ser!
Es una narración de valentía para agradecerla a cada valiente..
Como a mi presidente Alberto Núñez Feijóo
A mi querido Luis
A Carlos (te espero en el Camino)
A las mujeres de mi familia, que son muy valientes
A la pequeña Minia, que fue muy valiente, mi santa Minia
A mi amigo Jm
A la valentía
Y a la verdad