La niña que encontró el dinero cerca de la fuente vestía vestido blanco y caminaba con los pies descalzos, pareciera una de las mujeres de las famosas cantigas de amigo. Las conocía, y conocía Vigo, y leía también cuentos de Emilia Pardo Bazán y de Bécquer y novelas de vampiros y libros con historias de primeros besos..
Su primer beso había sido precioso!
Tenía catorce años y encontró el dinero. Y entonces pensó que le regalaría la mitad, eran doscientos euros, a la señora Pepa. Era su vecina, anciana, con una pensión pequeña, y le iría bien comprar una blusa fresca de verano. Le daría la mitad de la mitad al hombre del bar, para que fuera a los toros a ver a Pablo Aguado.
Y con los cincuenta restantes compraría juguetes para el colegio, para los pequeños, tal vez rompecabezas… y provocaría muchas sonrisas. Papá, cuando le contó lo sucedido, dijo que no. Aunque ella no fuera a quedarse con el dinero ella no podía repartirlo. Lo correcto era entregarlo. Y así se hizo. La niña entregó el dinero en comisaría.
El dueño de los doscientos euros pensó, al enterarse, que la idea de la chiquilla era fabulosa. Y la llevó a cabo. A ella le regaló una falda roja. Era de vuelo… confiaba en que a P le gustara. Eran P y P… y un corazón!
Dedicado a los cuentos clásicos
A las personas generosas
A Luis, mi tierra te quiere
A mi amiga Paula
A Lourdes, Pablo, Marta
Al toreo y a las cosas bien hechas
A Carlos
A los libros mencionados y a los libros
A Vigo, me encanta
A los vestidos blancos. Y al maravilloso vestido que “perdí” hace cinco veranos y mi hermana me ha encontrado hoy
