Aquella mañana no pudo ir, como todas, a la playa. A primera hora del día el fuerte calor ya saludaba de tú a tú a cada habitante del hermoso pueblo costero. Ella, Lourdes, era una de las muchas niñas que participaban en vacaciones en campamentos de ayuda a personas necesitadas…
En aquella ocasión acompañaba a una anciana al médico. Vivía sola y no comprendía algunas indicaciones. En la consulta Lourdes encontró un billete de cincuenta euros. Lo entregó en el mostrador y resultó ser de un médico. Por su nobleza dejó que la chiquilla se lo quedara..
Ella, mientras aguardaba, pensaba… Con el dinero iría a la tienda. Compraría cartulinas y rotuladores. Al día siguiente decoraría con los ancianos las paredes del centro. Harían flores, capotes y muletas.. Eran unos abueletes muy taurinos, habían ido a Granada a aplaudir a José Tomàs…
Así lo hizo! Fue a la tienda y se gastó cada céntimo de los cincuenta euros en cosas para hacer felices a los viejecitos. Después, más tarde, llegó por sorpresa el tío de Lourdes. Y le regaló el doble de lo que ella había encontrado! La generosidad es en sí misma un regalo.. Se compraría ropa y libros!
Y ayudaría también a la biblioteca!
Dedicado a la gente generosa. Es la que me gusta
A José Tomás
A Granada
A Lourdes
A Luis
Al toreo
A la gente que ama los libros
A mi hermana: somos los rotuladores marrones de la playa
A los cuentos