Una mujer de Concord denunció que un hombre disfrazado de payaso intentó secuestrar a su hija de un año el miércoles. Tiffany Martin tenía a su bebé en brazos mientras esperaba en una parada de autobús en Willow Pass Road cerca de Waterworld Parkway, cuando en torno a la 1:15 p.m. un hombre vestido de payaso se le acercó y le habló. Después de decir “hola”, de repente, el hombre agarró el brazo de la niñita y empezó a tirar de ella como si quisiera arrancarla de los brazos de su madre, haciendo que la pequeña se pusiera a llorar.
Martin reaccionó y le propinó una patada en la espinilla, tras lo cual el agresor huyó. La policía no ha logrado encontrarlo por el momento.
Ha sido descrito como un varón de en torno a 6’2” y con ojos azules que llevaba puesta una peluca azul, un disfraz de colores con lunares, deportivas negras y que al parecer no iba maquillado como un típico payaso.
Aunque este ha sido probablemente el incidente más grave, en los
últimos días la histeria
de los payasos tenebrosos ha hecho que la policía de California reciba un
aluvión de llamadas de alerta –
y los primeros bromistas empiezan a enfrentarse a las consecuencias.
Ayer dábamos la noticia de que la policía había identificado al
responsable de emitir amenzas contra una escuela bajo la cuenta de “Fontana
Killer Clown”, que resultó ser un adolescente de 14 años en busca de followers.
El empeño le va a salir caro, pues permanece retenido en el
centro juvenil de San Bernardino acusado de amenazas criminales.
El miércoles también fue arrestado William Salazar, un joven de
19 años vecino de Glendora que habría hecho amenazas de muerte similares contra
su antiguo instituto, Sierra High, desde cuentas en Facebook e Instagram
dedicadas a payasos siniestros.
Salazar se encuentra retenido bajo una fianza de $50,000. Los
cargos por amenazas criminales pueden presentarse con la consideración de
delito menor o mayor, en función de su considerada gravedad.
En
otros casos que se han dado en Estados Unidos, como el de otro joven de 14 años
que cometió actos similares en Houston, los fiscales están estudiando presentar
los cargos con categoría de delito mayor, lo que puede implicar una condena de
hasta 2 años de cárcel.
Aunque hay quienes consideran que es una sentencia excesiva, las
autoridades quieren dejar claro con estos castigos ejemplares que disfrazarse
de payaso siniestro para acosar a la población o proferir amenazas no es ningún
broma y tiene consecuencias.
Aunque en estos dos casos y en otros de amenazas hechas contra
escuelas el asunto se ha quedado en palabras publicadas en redes, los
avistamientos de payasos se multiplican y algunos, incluso, van armados. En
Lancaster se han reportado al menos tres incidentes en los que un grupo de
payasos que llevaban cuchillos aterrorizaron a varias personas, aunque de
momento no han atacado ni robado a nadie.