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Un mensaje de un esclavo en la tarjeta navideña

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Una postal navideña, una niña londinense de seis años y un mensaje desesperado de ayuda, oculto por un preso de una cárcel de China, semejan los arquetipos de una fábula moral moderna. Sin embargo, estos ingredientes propios de una versión contemporánea de Cuento de Navidad, de Charles Dickens, constituyen la realidad que ha golpeado a la cadena británica de supermercados Tesco, la mayor del país, tras el hallazgo de una nota manuscrita por supuestos trabajadores forzados en un centro penitenciario próximo a Shanghái.

La demanda de auxilio fue encontrada por la pequeña Florence Widdicombe, entre la sexta y la octava tarjeta que escribía hace poco más de una semana para felicitar las fiestas. La caja, que contenía 20 de ellas, fue elegida por la familia tanto por el precio, 1,50 libras (1,75 euros), como porque le había gustado el diseño, pero tras la inocente imagen de un gato con un gorro de Papá Noel subyacía el submundo de la esclavitud en la segunda economía mundial, la falta de control sobre las condiciones laborales y la responsabilidad de las empresas de Occidente sobre sus proveedores.

Una postal navideña, una niña londinense de seis años y un mensaje desesperado de ayuda, oculto por un preso de una cárcel de China, semejan los arquetipos de una fábula moral moderna. Sin embargo, estos ingredientes propios de una versión contemporánea de Cuento de Navidad, de Charles Dickens, constituyen la realidad que ha golpeado a la cadena británica de supermercados Tesco, la mayor del país, tras el hallazgo de una nota manuscrita por supuestos trabajadores forzados en un centro penitenciario próximo a Shanghái.

La demanda de auxilio fue encontrada por la pequeña Florence Widdicombe, entre la sexta y la octava tarjeta que escribía hace poco más de una semana para felicitar las fiestas. La caja, que contenía 20 de ellas, fue elegida por la familia tanto por el precio, 1,50 libras (1,75 euros), como porque le había gustado el diseño, pero tras la inocente imagen de un gato con un gorro de Papá Noel subyacía el submundo de la esclavitud en la segunda economía mundial, la falta de control sobre las condiciones laborales y la responsabilidad de las empresas de Occidente sobre sus proveedores.

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