Mundo Generacional, por: Edwin Carcaño Guerra.
Durante la Crisis Estructural del siglo XX nació lo que hoy conocemos como el Partido Revolucionario Institucional. El plan de Plutarco Elías Calles era muy competente. Su idea era que si un partido lograba arremolinar a la mayor cantidad de gente posible los conflictos irían mermando. El “Maximato”, como se le conoce a esta época, buscaba un orden civil (Elecciones) y un orden militar (Ejercito abastecido por EUA). Al final su proyecto personal de nación fue aniquilado por su aprendiz: El general Lázaro Cárdenas del Rio. El gran triunfo del Cardenismo fue centrarse en la paz y el progreso. Empezó un México Institucional.
Los mexicanos que estaban vivos en 1939 aborrecían la violencia de la guerra civil mexicana (1911 a 1938). El dolor de 28 años de miseria y sufrimiento habían cambiado la actitud de la ciudadanía. La gente estaba, de forma natural, dispuesta a vivir en comunidad. Aquellos tiempos del individualismo de Díaz y la violencia de los caudillos pasaron a la historia. Poco a poco, los caminos volvieron a ser seguros y el campo se trabajó para producir alimentos. La época del cine de oro mexicano llevaba la cultura a todos los rincones del país. La economía crecía al 6% y las ciudades eran seguras.
El espíritu del tiempo a veces confunde a quienes lo están viviendo. Se disfraza de un bien o un mal eterno. El gran error de los ciudadanos es imaginar una eterna primavera. Eso los limita y no les permite pensar fuera de la caja: La naturaleza humana es engañosa y cada generación crece de forma diferente.
Hoy vemos un país en ruinas y a todos nos duele. Parece que el mal es eterno y que ningún gobierno va a ser capaz de darle la vuelta a esta situación.
Sin embargo, la historia nos enseña que siempre hay un nuevo amanecer. ¿Hasta cuándo va a salir el sol? Probablemente en el año 2030.
Hoy es imposible que dos personas con puntos de vista opuestos lleguen a un arreglo. Parece que algunos han decidido estar en pie de guerra en contra de otros por no pensar igual.
Sin embargo, los tiempos del individualismo han llegado a su fin. En el año 2018 quedó demostrado en las urnas que la ciudadanía estaba harta de la corrupción. El mexicano tomó la decisión de la reconciliación y el regreso a la comunidad.
Eso significó el principio del viaje del péndulo de la individualidad a la institucionalidad. Este movimiento debe durar unos 50 años. Y así es como se irá formando de nuevo un México institucional.
