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Un paseo por mi vida

Carlos Capetillo Campos
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Reflexiones en voz alta,Por: Carlos Capetillo Campos.

“Y en cada nuevo trabajo, siempre recibí y tuve presente la
orden tajante de la negra preciosa Alicia Campos: Ten claro que nunca toques un
centavo que no sea tuyo, que no hayas ganado honesta y lícitamente; trabaja, da
el ejemplo”.

El
domingo pasado 4 de este mes, cumplí 77 años y el jueves cumplí los mismos
años, pero según mi acta de nacimiento. Siempre tuve la idea de que nací el 4
hasta que comprobé con mi acta de nacimiento que era el 8 y cuando le consulté
a mi santa madre, mi negra preciosa, ella con su simpatía y su folclórico
lenguaje me dijo: Quién sabe más cuándo naciste, yo que te parí o la tonta
(dicho con otra palabra de más nivel) del registro civil que asentó mal la
fecha. Entonces nací el 4 y ni hablar,
no hay más que discutir.

Y
77 años te permiten reflexionar y mirar hacia atrás tratando de entender que ha
sido de tu vida y entonces entiendes que eres un premiado de la vida, un
cuidado y protegido de Dios, solo así entiendes que después de 2 accidentes
aéreos en helicóptero y un incidente en avioneta, lo estés contando, no tiene
otra explicación de que Dios te cuida.

De
mi vida personal y familiar qué puedo decir que no sea presumir, mis padres,
fueron como todo bien nacido aspiraría, sabios, trabajadores, honestos,
responsables, amorosos que, si bien mi papá era bastante frío con nosotros, se
compensaba con el amor que, con hechos, no con palabras, demostraba mi mamá y
dos hermanas que con lo bueno y lo malo de todo ser humano, han sido solidarias.

52
años de casado con la misma mujer, es la fotografía de cómo me ha ido en mi
matrimonio.

De
mis dos hijos que son mi orgullo y mi locura, solo puedo presumir.

Tres
nietas que son un lujo. Dos viven en la Ciudad de México y una en Mérida y son
la alegría, la inteligencia y quienes las conocen las quieren por sus
cualidades, por su forma de tratar a los demás.

Cuando
gane una plaza de Auditor en el Banco Nacional de Crédito Ejidal, mi padre me
dio un consejo lleno de sabiduría que siempre le transmito a los jóvenes,
cuando ante la consternación de mi mamá por esta noticia, vio mis titubeos para
irme a vivir a la Ciudad de México, base del Banco, me dijo con energía: Ándate.
Ni tu mamá ni yo podemos vivir tu vida, tu vida solo tú puedes vivirla, nadie
más. Ándate y vive y lucha por lo que quieres, porque es tu vida y solo tú
puedes vivirla.

Y
gracias a Dios me fui y siempre digo que si fuera poeta le haría un poema a la
Ciudad de México.

Y
en cada nuevo trabajo, siempre recibí y tuve presente la orden tajante de la
negra preciosa Alicia Campos: Ten claro que nunca toques un centavo que no sea
tuyo, que no hayas ganado honesta y lícitamente; trabaja, da el ejemplo.

No
todos pueden presumir tener una vida profesional laboral que esté llena de
responsabilidades que deseaste: Quise ser Auditor y lo fui y Jefe de Auditoría
Interna del Banco Agrario de Yucatán; quise ser Administrador de Plantas
Industriales del Gobierno Federal y lo fui; quise ser Director General de
Cordemex y lo fui; quise entrar al Instituto Mexicano del Seguro Social y no
solo ingresé sino que estuve 20 años laborando, Jefe a nivel nacional de los
Servicios Generales, de Orientación y Quejas, Delegado en 4 estados del país,
Yucatán, Morelos, Querétaro y Distrito Federal y Director Regional Norte, con
base en Nuevo León y teniendo como ámbito de responsabilidad los Estados de
Nuevo León como sede, además de Coahuila, San Luis Potosí, Zacatecas,
Chihuahua, Tamaulipas y Durango.

Y
no presumo de títulos académicos rimbombantes, pero si presumo de mis amigos,
algunos de los cuáles me ayudaron, me orientaron y aconsejaron, como Luis
Felipe Vázquez Coss, quien prácticamente me obligó a presentar el examen para
el puesto de Auditor y recuerdo con claridad que me dijo: concursa, siempre
concursa, nunca vas a ganar si no concursas y lo peor que pueda pasar es que no
ganes y te quedas igual. Tanta razón tenía que gané la plaza número dos de tres
en concurso y a los jóvenes les digo que participen y concursen siempre, que se
arrepientan no de lo que hagan sino de lo que no hagan. Yo solo me arrepiento
de dos cosas en mi vida y ambas son las que no hice.

Pero
ya que ando de nostálgico, agradezco a algunos amigos que la vida me regaló y
que les agradezco: Carlos Loret de Mola, a mi juicio el mejor gobernador que ha
tenido Yucatán, culto, trabajador, con una gran imaginación al futuro, honesto,
que le abrió las puertas del gobierno a los jóvenes, cuando en esos tiempos no
teníamos oportunidades. El me abrió la puerta del Gobierno del Estado,
nombrándome Director General Administrativo, que equivalía a Oficial Mayor, que
fortaleció mi gusto por la administración pública y como los medios y
seguramente muchas personas les llamó la atención mi nombramiento por mi edad,
Loret de Mola confió plenamente en mí y me permitió ser la voz para incorporar
a otros jóvenes al gobierno del Estado. Mi afecto y mi admiración.

A
los hermanos Ramón y Javier Alejo López, amigos, pendientes de mí y
recomendándome siempre.

El
Doctor Mario Madrazo y el Contador Alejandro Torres Palmer, Jefe de los
Servicios Médicos y Contralor del IMSS, que reconocieron mi labor como Delegado
del Seguro y me recomendaron ampliamente ante Mario Luis Fuentes, Director
General, para ocupar el cargo de Director Regional Norte y otorgándome consejos
muy valiosos.

Y
desde luego mi respeto, mi afecto, mi admiración, mi amistad, pero sobre todo
mi gratitud a Jorge Carrillo Olea, hombre con profunda entrega a lo que hacía,
honesto, trabajador, culto y sobre todo con una lealtad impresionante, formado
en la disciplina militar, quien me promovió a varios cargos de importancia
dentro de la administración pública federal, cargos que me dieron relevancia,
que me hicieron aprender, que me hicieron sentirme útil, y que me permitieron
desarrollar lo que presumo, que es el Sentido Común.

Tengo
amigos que reconocieron los resultados que en cada cargo logramos y me abrieron
puertas importantes y ya adentro tuve la oportunidad de demostrar que sabíamos
corresponder a la recomendación, y de nueva cuenta la orden de la negra
preciosa: nunca dejes mal a quien te recomienda. Siempre procura ser el orgullo
de tu familia, de tus amigos y de tus jefes. Siempre mira a los ojos, con la
frente en alto y las manos limpias.

Y
así fue.

Te saludo cordialmente.

Carlos Capetillo Campos
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