Y entonces el bolígrafo suspiró.. Un suspiro el suyo como si estuviera leyendo una rima de Bécquer o contemplando una media de Morante. Era un bolígrafo de color verde, y elegante, y de trazo fino, y con impronta, y… Bueno, era muy bonito pero la historia es otra!
Estaba contento el bolígrafo porque era el momento de la creación. Ella contaría uno de sus cuentos, y él era el encargado de dibujar las letras, que componían palabras, sobre el papel. Papel! Qué bien suena.. La niña, Lourdes, escribía una historia diaria y la regalaba al centro de mayores…
Escribía sobre la cálida temperatura de final de octubre. O sobre la importancia de honrar a los muertos: sus abuelos gallegos y sus primos mexicanos festejaban con amor y gran respeto esas fechas. O sobre la importancia de no mentir jamás, la verdad siempre gana.. Gracias a Dios!
O sobre el color rosa de los bolsos flamencos que diseñaba su diseñadora favorita: Silvia Barca. O sobre el arte de Morante.. O sobre el vino tinto que tanto gustaba a su padre. Al bolígrafo le gustaban las narraciones que inventaba la chiquilla.. Hablaba un poco de todo..
Dedicado a los bolígrafos, a algunos!
A esta época. No hay nada más hermoso ni más necesario que rendir homenaje a nuestros muertos
A Morante
Morantistas
A Sara: creo que la foto de Morante de goyesco será la portada de mi próximo libro taurino
A mi hermana: Silvia Barca
A los poetas
A Lourdes
A Luis
A los abuelos. A la mía
Y a México. México: te amo..