Por: Luis Vela Sosa.
Desde mi ingreso a las filas del Partido Revolucionario Institucional, entendí que era necesario reconocer el trabajo, la aportación y la trascendencia de las acciones de quienes habían recibido la oportunidad de servir públicamente desde el gobierno, a la población en general.
Ya sea desde el municipio, el estado, la federación como integrantes de los cabildos, de los Congresos estatales y federales y el Poder Ejecutivo.
Sin duda, quienes han desempeñado cargos de elección popular, administrativos y de dirigencia partidista, han puesto su voluntad, honestidad y compromiso para honrar la confianza que han recibido. Desde luego, hay muchos que no lo han hecho así y por eso la tarea política està desprestigiada y ellos muy ricos. Son los que hasta hace poco tiempo llevaban una vida de carencias que no les permitía vacacionar en el extranjero, pagar colegiaturas muy elevadas y presumir conocimientos de vinos, licores, ropa de marca, joyas, a màs de asistir a espectàculis masivos relacionados con el deporte y la faràndula, tanto en México como en otros países.
A partir de que por primera vez el PRI se convirtió en oposición en Yucatàn, se empezó a gestar la idea de conformar una corriente de pensamiento y acción desde el Comité Directivo Estatal que funcionará para aportar información técnica y política a quienes ejercían algún cargo y debían hacer oír la voz del priismo. Así fue.
Desde ahí se dieron algunas batallas con éxito, otras no prosperaron, pero el ejercicio fue benéfico para contribuir a la reconstrucción del liderazgo colectivo del instituto político tricolor.
Al paso del tiempo se consolidó el Consejo Consultivo, que no es lo mismo que el Consejo Político; y le dio espacio de expresión a todos los que habían sido alcaldes, diputados locales y federales, senadores y gobernadores así como otros que estaban en activo.
En esa trinchera se fortalecieron las relaciones de las diferentes corrientes políticas que conformaban ésta oposición al gobierno en turno.
Las aportaciones técnicas, políticas y académicas enriquecieron los argumentos de los representantes populares que aceptaron de buen grado muchas sugerencias. Los hubo que en su soberbia, creían que eran poseedores de la verdad absoluta e ignoraron las propuestas, principalmente cuando ya se había reconquistado el poder.
Ahora en éstos tiempos, se informa que una parte de esa clase ex-dirigente es convocada para rehidratar a los actores de hoy en la campaña electoral.
El propósito es de reconocerse; tardío porque no se escuchó màs que la voz de quién o quienes, hoy tienen la franquicia de ese partido, otrora poderoso, en éste proceso.
Hay muchas heridas que no han cerrado, nuevos militantes que empiezan a recorrer los caminos de ésta apasionante actividad que es la política y muchos ex-militantes haciendo campaña como candidatos en otros partidos.
Bueno fuera que núnca se hubieran olvidado de ese Consejo Consultivo. Pero en la suficiencia que permea la personalidad de los mandones, se han perdido el gobierno estatal, la alcaldía de Mérida y otros municipios importantes, así como diputaciones estatales y federales que no se podràn recuperar.
El respeto al voto ciudadano, los antecedentes y las credenciales de servicio de los candidatos que hoy compiten, nos diràn la última palabra en éste proceso eléctoral de 2021.-
