Chris Wallace, de Fox News, trabajó duro para mantener centrado el último debate presidencial con preguntas duras para Hillary Clinton y Donald Trump, pero fue la más sencilla de las preguntas la que dio el mayor titular.
Aludiendo a las declaraciones del miércoles de Trump sobre que las elecciones estaban amañadas en su contra, Wallace preguntó al republicano si aceptaría los resultados tanto si ganaba como si perdía, señalando que el candidato republicano a la vicepresidencia, Mike Pence, había dicho que lo haría. Cuando Trump respondió con “lo veremos en su momento”, Wallace se mostró incrédulo.
El veterano presentador de noticias señaló que una transición pacífica de poder es una de las tradiciones más largas del estado, sin importar la dureza de la campaña.
“¿Está usted diciendo que no está dispuesto a comprometerse a ese principio?”, dijo Wallace.
“Los mantendré en suspenso”, respondió Trump.
Wallace se enfrentó a un gran desafío, en una campaña en la que los moderadores de debate han recibido una gran atención. Como primer moderador de elecciones generales de Fox News, contaba como equipaje adicional con las esperanzas de una organización que atraviesa un año duro. Los críticos de Fox temían que fuera demasiado suave con Trump por la tendencia republicana de los presentadores de máxima audiencia de la cadena.
El reportero mantuvo la conversación encarrilada y centrada en los temas, y llamó al orden al público y a los candidatos para mantener el control.
Wallace prometió que no asumiría el papel de comprobador de datos y en gran parte se atuvo a eso, aunque tuvo un arisco diálogo con Trump cuando corrigió al candidato sobre declaraciones que había hecho sobre Siria en el debate anterior.
El moderador tendió a abrir un tema de conversación con una pregunta general, antes de dirigir cuestiones concretas a cada candidato. Por ejemplo, preguntó a ambos por su filosofía para nombrar a jueves del Tribunal Supremo y después preguntó a Clinton sobre los plazos en el aborto y a Trump sobre si quería revocar el histórico fallo de Roe vs. Wade que legaliza el aborto.
“Fue un debate justo y equilibrado”, dijo Megyn Kelly, colega de Wallace en Fox. “Presionó a ambas partes”.
Wallace preguntó a Trump sobre sus afirmaciones al desmentir las acusaciones de agresión o acoso sexual a mujeres. Varias mujeres hicieron públicas sus acusaciones después de que Trump negara haber tocado a mujeres contra su voluntad tras filtrarse una grabación en la que el empresario presumía de hacerlo.
“¿Por qué tantas mujeres diferentes en circunstancias tan diferentes en años tan diferentes? ¿Por qué iban todas a inventarse estas historias… en las últimas semanas?”, le preguntó Wallace.
Cuando Trump afirmó que “nadie tiene más respeto por las mujeres que yo”, algunos miembros del público en Las Vegas se rieron, y Wallace se apresuró a regañarlos. “Por favor, todos”, dijo.
Aunque Trump agradeció en dos ocasiones a Wallace por preguntas que había hecho a Clinton —incluidas las afirmaciones sobre libre comercio contenidas en un correo filtrado_, el republicano se mostró visiblemente enfadado cuando el presentador intentó corregirlo en comentarios sobre Siria expresados en el debate anterior.
“Si puedo terminar la pregunta”, dijo Wallace.
Su momento más duro con Clinton llegó cuando pidió a la demócrata por las acusaciones sobre personas que hicieron contribuciones a la fundación de su familia. Cuando Clinton respondió elogiando la labor de la Fundación Clinton, Wallace la interrumpió para recordar la pregunta. Ella no tuvo ocasión de responder, ya que Trump interrumpió en ese mismo momento y Wallace se dirigió a él para pedir una réplica.
Aunque en ocasiones elaboradas, las preguntas de Wallace parecían diseñadas para hacer que los candidatos siguieran hablando y en general les dejó hacerlo. Los candidatos, como es habitual en la mayoría de los debates, ignoraron sus preguntas en ocasiones, pero pareció haber menos interrupciones que en los dos cara a cara anteriores.
El primer debate, moderado por Lester Holt, de NBC, alcanzó una audiencia récord de 84 millones de personas. El segundo, moderado la semana pasada por Anderson Cooper, de CNN, y Martha Raddatz, de ABC, alcanzó los 66,5 millones de espectadores. Los datos de audiencia para el debate del miércoles se conocerán el jueves.