Confesiones, por: Guillermo Vázquez Handall.
Aunque no lo pareciera, quizá porque últimamente nos hemos acostumbrado a que los acontecimientos políticos han alcanzado rangos escandalosos, la semana que recién transcurrió, para no perder esa costumbre se enmarco en dos acontecimientos que cada uno por si solo representaba altos grados de tensión política, más allá de que uno de ellos pudo alcanzar tintes espectaculares.
Sobre todo porque en estos momentos todo tiene que ver y se relaciona con la carrera presidencial especialmente la designación de los candidatos del Revolucionario Institucional y del frente de las tres mentiras, porque ni es frente, ni es amplio y mucho menos ciudadano.
Sin embargo hay otros temas de la agenda nacional de gran importancia que no necesariamente se vinculan de forma directa con el proceso electoral y que por su propia cuenta representan aspectos de gran interés e influencia.
El primero de ellos la destitución del Delegado de Venustiano Carranza, Israel Moreno Rivera, por no acatar una sentencia proveniente de un juicio laboral y que culmino en la determinación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para separarlo del cargo
Situación no solo inédita, sino que por cierto resulta hasta cierto punto extraña y no por el fondo legal, más bien porque es la primera vez en mucho tiempo que un funcionario electo es destituido por una omisión administrativa y no por un acto de corrupción.
Coyuntura que se convierte en un parteaguas porque unos días después los ministros de la corte tenían contemplado proceder de la misma forma y por las mismas razones en contra de Víctor Hugo Lobo Delegado en Gustavo A. Madero y de María Cristina García Zepeda, Secretaria de Cultura del gobierno federal.
Ambos funcionarios literal y coloquialmente la brincaron enviado la documentación soporte que confirmaba, que aunque fuera de último minuto, si habían cumplido la instrucción judicial en cada caso.
De tal suerte que a solo unos instantes del debate correspondiente, los señores ministros de la corte recibieron la notificación de la recepción de esa información, que derivo en eliminar del orden del día dicho trámite.
De cualquier manera el acontecimiento se vuelve paradigmático porque en lo subsecuente, todos los funcionarios públicos del nivel y jerarquía que sean, tendrán que tener especial cuidado en la atención de las instrucciones judiciales que reciban.
De otra forma como ya quedo demostrado podrán ser separados de sus responsabilidades, sin el halo de impunidad que les protege en otras condiciones y circunstancias.
El otro aspecto de gran relevancia fue la aprobación en Cámara de Diputados, del presupuesto de egresos para el año siguiente, sesión que por cierto duro más de diez y seis horas para culminar alrededor de las cuatro de la mañana del pasado jueves.
Desde nuestra óptica con dos apuntes relevantes, la desaparición del programa Fortalece, mejor conocido como el fondo de los “Moches” que a petición de la bancada priista fue eliminado, evidentemente con la oposición de las bancadas panista y perredista.
Para muchos diputados de estas dos formaciones políticas, los llamados “Moches” habían resultado no solo un gran negocio particular, también una forma de hacer grilla en sus distritos, que no es lo mismo que política, interfiriendo los planes de los alcaldes y los gobernadores.
Y hablando de gobernadores, precisamente en el previo de la aprobación del mencionado presupuesto de egresos, a muchos de ellos se les vio haciendo abiertamente cabildeo en el palacio legislativo de San Lázaro.
Lo cual no tendría nada de extraordinario si se entiende la necesidad de gestionar más recursos para sus entidades, sin embargo lo que llamo poderosamente la atención fue ver a gobernadores panistas negociando con diputados del PRI y el PVEM.
Haciéndolo de manera individual y no como dicta la costumbre de la mano del coordinador de su bancada Marko Cortez, toda vez que todos ellos sabían que quienes lo hicieran por esa vía no tendrían éxito.
Porque no es ningún secreto, el trato preferencial que tanto el legislativo como el ejecutivo le otorgan a los mandatarios panistas que no apoyan a Ricardo Anaya.
Incluso trascendió que en varios casos, a esos gobernadores que se acercaron por su cuenta buscando el cobijo de las bancadas tricolor y verde ecologista, se dice, se rumora y se comenta, no se les cobro la comisión que usualmente se destina al pago de los recursos extraordinarios obtenidos.
Si revisamos las cuentas independientemente de los montos adicionales aprobados para todos los estados, algunos de ellos obtuvieron mucho más de lo que esperaban.
El ahorro y el mágnifico trato recibido obligan ahora a los gobernadores blanquizales a no aprobar la designación de su propia candidatura presidencial por imposición, a sumarse a la petición de Rafael Moreno Valle, Silvano Aureoles y Moguel Ángel Mancera, para que esa unción sea a través de un método abierto y democrático.