Sic Sac, por: M.A. Elda Clemente Reyes.
Trabajar en unidad es inaplazable, luego de las
elecciones del 6 de junio de 2021, que cambiaron radicalmente el panorama local
y nacional.
Mientras las
autoridades piden hacer equipo y se defienden contra los ataques mediáticos, algunos
campechanos transitan caminos de confusión. Entre claroscuros, no alcanzan a
comprender el mensaje y solo esperan soluciones a sus demandas y peticiones.
La polarización
ciudadana genera sentimientos encontrados, inercias y peor aún, especulaciones entre
los que le apostaron a una alternancia y los que juegan a favor de la
continuidad y el retorno del pasado. Dos bandos en una lucha frontal, separados
por una línea muy delgada que, por momentos, parece invisible a los ojos de los
demás.
Unidad y
cambio, son dos pilares fundamentales. Un claro ejemplo, fue la unión de los campechanos
para derrocar un gobierno que ejerció el poder por más de ocho décadas.
Este
binomio perfecto incluso ha permitido sacudir las estructuras políticas no solo
en el país sino también en América Latina y Europa, donde las reacciones
internacionales apuntan hacia una reconfiguración geopolítica que durante
muchos lustros protagonizó grandes hazañas.
Campeche
no escapa del escenario que se vislumbra a partir del contexto en las
relaciones establecidas con la nueva administración federal y diversos actores
políticos.
Sin
embargo, pareciera que una parte de la población no termina de entender el
proceso y cambia repentinamente su percepción. Todo apunta a una falta de
comunicación efectiva entre emisores y receptores. Lo que se comunica no permea
lo suficiente en el ánimo de las masas por una sencilla razón, los ciudadanos
casi siempre se mueven por emociones.
Estratégicamente,
en las campañas se busca mover al electorado a favor de un candidato. Cuando
las campañas concluyen la fase de “enamoramiento” se termina, se congela el “impulso”
que movía sus conciencias. Es decir, la ausencia de motivos y emociones arroja
un resultado de poco impacto.
Lo
anterior, es una advertencia a que algo anda mal, algunas veces los resultados tardan
en llegar mientras la población se pregunta qué está pasando y se empiezan a desilusionar
al ver su calidad de vida en riesgo. En su desesperación son presa fácil del
golpeteo mediático y otras perversidades.
No tener
un mecanismo de reacción inmediata que contenga los golpes, imprevistos o “casualidades”,
son debilidades que aprovechan los contrincantes para reducir las expectativas
de la gente. Golpear al enemigo en su lado sensible es lo más fácil que existe.
A eso
le están invirtiendo los opositores todos los días y tratan de convertir noticias
falsas en verdades absolutas. Otra táctica de guerra sencillísima.
La
coyuntura local y nacional son distintas. Actualmente la unidad, el cambio y la
percepción ciudadana, pueden moverse con facilidad tirando por la borda el
anhelo de muchos años hasta convertirlo en lo más indeseable. ¡Cuidado!
Si
hacemos un análisis político serio, el espíritu de la Cuarta Transformación
anida las esperanzas de los más pobres mediante el uso del poder decretado por
el pueblo. Me atrevo a decir, que es el plato fuerte de la administración federal
y estatal, que evita el desplome de los que a veces flaquean en su ideología.
Trabajar unidos, hermanados, implica no solo
la intención de sumar esfuerzos, sino también una actitud que sirva como ejemplo,
de lo contrario, estaremos frente a una simulación.
Los campechanos tenemos que asumir el reto
en lugar de crucificar a las autoridades. Practicar la corresponsabilidad a
través de una participación propositiva.
Si
me preguntaran cuál es el momento perfecto para afianzar el rumbo de la
transformación yo diría que ya se están tardando. El cambio ya está hecho,
existe un nuevo liderazgo, una nueva forma de gobernanza, solo falta que los
ciudadanos lo hagan suyo, estén incluidos, tomados en cuenta y sean los
principales invitados al banquete.
No
hacerlo, es una señal de no querer mejorar los puntos débiles y los pondría en
la antesala de futuras derrotas con un aparente vacío de poder. Un vacío que,
perjudica en la operatividad política y los tiempos para ejecutar órdenes.
Las alarmas
están encendidas es importante una reflexión profunda, una reorganización y, la
inclusión de liderazgos que, como en un partido de béisbol, no iniciaron en el
juego, pero su bateo le garantiza al equipo anotar carreras y ganar.