Editorial La Revista Peninsular
El 4 de julio suele ser un día de fiesta en Estados
Unidos pues se conmemora el aniversario de su independencia. Sin embargo, el lunes
la fiesta se convirtió en tragedia por un tiroteo que dejó varios muertos en
Chicago, Illinois. Lo siniestro del hecho nos hace ver que para abordar lo
ocurrido no basta con hablar de seguridad; igual es necesario hablar sobre
salud mental, tema que también padecemos en Yucatán.
Durante la mañana de este lunes, un joven de 22 años
disparó desde un techo a personas que se encontraban celebrando un desfile en
Chicago por motivo del Día de la Independencia estadounidense. El presunto
responsable fue aprehendido horas después de este terrible hecho que resultó en
7 personas muertas y más de 40 heridas.
Lo anterior está lejos de ser un hecho aislado. El
mismo día que sucedió el tiroteo en Chicago, se reportaron tiroteos en
distintas ciudades de Estados Unidos. Además, en las últimas semanas han sido
recurrentes este tipo de tragedias como podemos corroborar, por ejemplo, con el
tiroteo escolar de Uvalde, Texas en el que murieron 19 niños y 2 maestros. La
situación en el vecino país del norte es tan delicada que el presidente Joe
Biden se ha referido a ella como una “pandemia de violencia con armas de
juego”.
Ahora bien, no es objeto del presente texto ahondar en
temas de seguridad, sino de salud mental.
Desde un enfoque de salud mental, se debe reconocer
que quienes han llevado a cabo tiroteos en contra de la población son personas
que sufren enfermedades las cuales los llevan a cometer tales atrocidades. Una
clara muestra de esto es el joven que abrió fuego este lunes en el desfile de
Chicago pues existían antecedentes los cuales demostraban que desde hace años
tenía tendencias a agredir a otros y a sí mismo.
Con esto no se busca hacer menos el sufrimiento de las
víctimas de tiroteos, pero sí señalar que los padecimientos mentales afectan a
quienes los padecen y a quienes rodean a quienes los padecen.
En Yucatán no somos ajenos a los problemas de salud
mental. No obstante, por diversos factores entre los que destaca la dificultad
para adquirir armas de fuego, las enfermedades mentales se manifiestan de
distinta manera que en Estados Unidos. En nuestro estado, estos problemas se
reflejan en un alto número de suicidios.
De acuerdo a datos del INEGI, el año pasado se
registró una cifra récord de 301 suicidios en Yucatán. Aquel fue el cuarto año
consecutivo en que se rompió el récord anual de suicidios ya que tanto en el
2018 como en el 2019 y en el 2020 se superaron los máximos históricos
registrados hasta ese entonces. El panorama para el presente año no luce mejor
pues se estima que en los primeros 4 meses ha habido más de 80 suicidios en el
estado.
Los números que presenta Yucatán en cuanto a suicidios
son sumamente alarmantes. Por lo tanto, es necesario dar más visibilidad a las
enfermedades mentales, así como a sus tratamientos psicológicos y
psiquiátricos, para que las personas que las padezcan estén en la posibilidad
de identificar que están enfermas y puedan buscar ayuda adecuada.
Trabajemos en nuestra empatía para tener la capacidad
de reconocer cuando una persona sufra alguna afectación mental y tengamos la calidad
humana de ofrecer una mano o escuchar al afligido pues ello podría significar
un gesto que salve vidas. De la misma forma, hay que ser prudentes ya que
muchas situaciones únicamente podrán ser tratadas por expertos, por lo cual
igual debemos recomendar, normalizar y promover que se acuda a profesionales de
la salud mental.
Quienes padecen enfermedades mentales necesitan ayuda
para tener una buena calidad de vida y, en los casos más severos, es
imprescindible ayuda médica profesional para evitar que atenten contra su vida
y la de quienes los rodean. Ya sea en Estados Unidos con los tiroteos o en
Yucatán con los suicidios, es necesario romper los tabús que existen en torno a
la salud mental para darle la importancia que merece pues sin ésta no es posible
el pleno desarrollo humano.
Si tienes algún problema o sólo quieres platicar con
alguien, no dudes en llamar al siguiente número:
-Línea gratuita de apoyo a la salud mental:
01-800-00-00-779.
