Por: Cristina Padín
… aquella tarde otoñal se recordaría años más tarde,
muchos años más tarde. Hablarían de ella niños que, en esa misma tarde otoñal,
tal vez estuvieran en el colegio o merendando pan con chocolate o leyendo un
tebeo o jugando al toro. Aquella tarde otoñal era muy merecedora de ser recordara
meses después y lustros después y siglos después..
Fue la tarde en la que la Valentía y la Verdad escribieron
con honor su ley. Valentía como la del que jamás se rinde, como la del que gana
su pan en la bravura del mar, como la de esos que se llaman percebeiros y
rompen el valor, como la del torero. Verdad blanca, blanca y azul como el color
del verano, verdad desde el alma, desde lo que es justo, desde lo puro.
Fue la tarde de la Valentía y la Verdad..
A valientes y valientes gallegos
A las personas que no dicen palabras huecas, dicen lo que es
correcto
A los M
A mi Luis
Al toreo
A la verdad
A las personas que saben estar
Un día
triste
