Mérida, Yucatán, a 23 de julio de 2024.- Por la constante llegada de lluvias torrenciales, combinadas con el calor sofocante y la acumulación de basura -que, hasta el día de hoy, no ha sido retirada en varios puntos de la capital yucateca-, ha habido un incremento en los casos de parvovirus en caninos de la Península de Yucatán. Aunque el brote se hizo notar hace meses, es probable que el repunte actual se deba a las causas expuestas.
El parvovirus canino es una enfermedad grave muy contagiosa, que si no se trata bien puede ser mortal para el animalito. Afecta directamente al tracto intestinal del animal, provocando inflamación y complicaciones que pueden desencadenar en una infección más fuerte. Igualmente, es resistente a factores físicos, como químicos, y tiene una supervivencia muy elevada en el medio ambiente, por lo que la vacunación es de vital importancia para evitar el contagio.
Desde hace casi 10 meses, se ha registrado un incremento de pacientes caninos que resultan positivos al parvovirus, pero esta cepa demuestra una fortaleza, perjudicando a mascotas que tienen su esquema de vacunación completa y a caninos jóvenes. Desde hace un mes, las clínicas veterinarias en la ciudad han estado saturadas, incluyendo los negocios del Centro, quienes desde temprano reportan largas filas de personas esperando la atención e inspección de su mascota por parte de un veterinario.
Particularmente, el Hospital veterinario Can&Cats reporta una letalidad de tres de cada 10 perros infectados, lo que significa que el 70 por ciento de los casos tiene probabilidades de sobrevivir.
Gracias a los diagnósticos, se determinó que los primeros síntomas que presentan las mascotas son inapetencia, vómito severo, diarrea -sin cuerpo y oscura o negra- y decaimiento. El parvovirus no solo afecta a los caninos adultos, sino también a cachorros que no han sido vacunados en sus primeros meses de vida, y llegan a tener dificultades, incluso hasta los siete meses de nacidos si no tienen un esquema de vacunación completo.
De acuerdo con especialistas, el contagio es por vía fecal, directamente la mascota debe tener contacto con heces o fluidos de otro animal infectado. Se debe prevenir el paseo de los animales, puesto que ellos olfatean todo; las calles son áreas favorables para la cepa, corriendo un riesgo mayor para el perro. También, transitan muchos perros callejeros, quienes normalmente se enferman, hacen sus necesidades en la calle o parques y la lluvia esparce el virus; igualmente, es fundamental impedir el convivio con otros perros.
Ante este incremento de parvovirus, se recomienda la sanitización en todo momento del hogar, áreas donde transita la mascota, y sus recipientes de agua y comida. Como el parvovirus es una enfermedad viral, no tiene una cura ni hay medicamento, pero se pueden controlar los síntomas para que las mascotas pasen la fase viral.
El consejo veterinario es que a las mascotas se les vacune con regularidad y, si no tiene su vacuna contra el parvovirus, aplicárselo de inmediato como método de prevención, añadiendo igual la desparasitación, por vía oral o intramuscular. Es necesario entender que esta enfermedad es como el coronavirus en los humanos; cuando se reciba la vacuna, es preventivo, no significa que sea inmune. Si no se detecta a tiempo, las consecuencias pueden ser fatales. No obstante, al igual que con los humanos, es importante recibir la atención de un especialista y no automedicar a la mascota, pues puede resultar contraproducente.
En cuanto a la vacunación, la primera dosis de la vacuna del parvovirus se recomienda administrarla cuando el perro es un cachorro, aproximadamente a las 8 semanas. Después, se le pone varias dosis de refuerzo hasta que el animal cumple las 16 semanas. Lo recomendable es mantener la vacunación anual porque mantiene la inmunidad intacta.
Con información de José Enrique Avilés Laines.
