El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, aseguró que su país ha potenciado la autonomía operativa del Sistema Integrado de Vigilancia y Control del Espacio Aéreo, en un contexto de crecientes tensiones con Estados Unidos por un despliegue militar en el Caribe que Caracas interpreta como una amenaza para su soberanía.
Según Padrino López, divulgado a través de un comunicado publicado en redes sociales, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana reconoce como uno de sus logros “haber alcanzado un admirable nivel de independencia tecnológica y de vigorización”, incluso en medio de lo que describió como un “criminal bloqueo económico, sanciones coercitivas y la más grotesca escalada belicista de EE. UU.”.
El ministro indicó que estas circunstancias “hostiles” han servido para robustecer el poder defensivo nacional mediante la creación y desarrollo de medios propios. En su declaración mencionó que, con el empleo de modernos radares, sistemas misilísticos, artillería antiaérea y aeronaves en coordinación con la Aviación Militar Bolivariana, el Comando de Defensa Aeroespacial Integral (CODAI) se ha consolidado como vanguardia en la defensa integral de la nación.
Padrino López realizó estas afirmaciones en un acto con motivo del 47 aniversario del CODAI, donde también denunció lo que calificó como un intento de intimidación por parte de Estados Unidos. El pasado martes, dos aviones de combate F‑18 estadounidenses ingresaron en el espacio aéreo sobre las aguas del golfo de Venezuela durante unos 40 minutos, según registros del servicio de seguimiento de aviación Flightradar24, un hecho que Caracas considera una operación de presión.
En ese contexto, el ministro enfatizó que la nación bolivariana tiene “la capacidad para reaccionar y defender nuestro espacio aéreo”, y rechazó categóricamente las acciones que a su juicio forman parte de “operaciones psicológicas” destinadas a intimidar al país.
Estas declaraciones ocurren en medio de una compleja relación entre Caracas y Washington, marcada por acusaciones mutuas y despliegues militares en la región, donde cada parte atribuye a la otra intenciones estratégicas que trascienden los discursos oficiales.


