La venta de boletos para el partido amistoso entre la selección de fútbol de México y Portugal, programado para el 28 de marzo de 2026 en el Estadio Banorte tras su remodelación, generó frustración entre aficionados debido a que únicamente se puso a disposición del público una fracción mínima del número total de entradas disponibles, según reportó ESPN y diversos medios deportivos. El Estadio Banorte, con un aforo superior a 85 000 espectadores, ofreció para venta abierta menos de 20 000 boletos, lo que representa menos de una cuarta parte de la capacidad total del recinto, dejando a la mayoría de interesados sin oportunidad de adquirir entradas para presenciar el duelo que tiene como uno de sus principales atractivos la posible presencia de la estrella portuguesa Cristiano Ronaldo.
La comercialización de las entradas comenzó con una preventa exclusiva para clientes de una entidad bancaria patrocinadora y continuó con una venta al público general, pero en ambas fases la cantidad de boletos disponibles fue limitada. Problemas técnicos en la plataforma de venta Fanki, incluida una suspensión temporal atribuida a un ataque cibernético, retrasaron la preventa y complicaron aún más el acceso de los aficionados a los boletos. Aunque en la preventa se comercializaron alrededor de 16 753 entradas, en la venta general solo se ofrecieron poco más de 2 700 boletos, que se agotaron en cuestión de minutos debido a la enorme demanda registrada.
Las cifras difundidas indican que de las 85 000 localidades posibles, solo 19 493 se pusieron en venta para el público, mientras que una parte importante fue asignada a palcos, plateas y compromisos institucionales de la organización del partido, incluida la Federación Mexicana de Fútbol. Unos 6 300 boletos quedaron reservados para palcos y más de 8 000 para plateas, destinándose el resto a compromisos con patrocinadores u otros fines, lo que redujo aún más la oferta para la afición general.
La demanda superó ampliamente la oferta disponible. De acuerdo con los datos difundidos por los organizadores y medios deportivos, más de un millón de personas intentaron adquirir boletos a través del portal, lo que convirtió la posibilidad de conseguir una entrada en una suerte de lotería ante la escasez de tickets disponibles. Se informó que, en promedio, cada comprador podía adquirir hasta cuatro boletos, pero la alta concentración de solicitudes y el límite de localidades disponibles hicieron que solo unos pocos miles lograran completar una compra exitosa durante las fases de venta iniciales.
En paralelo a la controversia por la oferta limitada, se conocieron filtraciones sobre los precios de los boletos, que en fases previas de venta oscilaron desde alrededor de 500 pesos para zonas altas hasta precios superiores a varios miles de pesos para secciones premium dentro del estadio, aunque la disponibilidad real de estas localidades también se vio afectada por la demanda y la capacidad de la plataforma para procesar las solicitudes.
Las dificultades en el proceso de venta y la percepción de que una proporción tan reducida del aforo fue destinada a la venta pública han generado críticas entre aficionados y sectores que esperaban asistir al encuentro. La reapertura del Estadio Banorte con un partido de esta magnitud tenía altas expectativas entre seguidores del fútbol, no solo por el enfrentamiento entre dos selecciones de renombre, sino también porque servirá como preparación para la Copa Mundial de Fútbol 2026, que se disputará en varios estadios de México, Estados Unidos y Canadá a partir de junio de ese año.
La situación plantea interrogantes sobre la planificación y distribución de boletos para eventos de gran demanda, así como sobre la gestión de plataformas de venta digital en un contexto donde el interés por asistir a partidos de alto perfil continúa creciendo entre la afición futbolística en México y el mundo.


