Por: Marco Antonio Cortez Navarrete.
Sin meterme en asuntos legales, eso se lo dejo a los abogados y a los “expertos” en autonomía, hoy quiero narrar en este espacio algunos acontecimientos que viví cuando el señor Víctor Manuel Cervera Pacheco (QEPD) fue gobernador de Yucatán, primero de manera interina, y luego constitucional.
El Balo, como todo mundo le decía, fue pieza clave para que la Universidad de Yucatán logre su Autonomía de Derecho. Hay gente que dice y opina que la casa de estudios nació siendo autónoma pero yo pienso lo contrario, con Cervera Pacheco la autonomía formal caló hasta lo más profundo de las raíces universitarias sin que esto represente o signifique hacer lo que se quiera. No es así, se otorgó para que los universitarios definan su rumbo, su destino, en materia de proyectos, planes y programas educativos y desde luego para beneficio de la juventud y sociedad en general.
El Balo quería mucho a la UADY y más adelante les diré por qué. Lo cierto es que hoy la institución está ubicada entre las mejores del país (obvio tiene como todo organismo vivo y dinámico, momentos excelentes, buenos, regulares y malos) pero sin duda es la más importante del sureste.
Mucha gente no sabe que yo ingresé oficialmente a la universidad en 1983 –pero pisé Radio Universidad desde 1979– y un año después (1984) como reportero precisamente de XERUY, viví tal vez el mayor acontecimiento de la vida universitaria, desde su fundación en 1922.
El Congreso del Estado otorgó la Autonomía de Derecho con el compromiso de que la comunidad universitaria rinda cuentas respecto de la aplicación de los recursos económicos canalizados por la federación, el estado y por obtenidos por concepto propio, lo anterior de manera permanente.
Son las Auditorías Superior de la Federación, la Auditoría Superior del Estado de Yucatán, la Auditoría Interna de la Universidad y despachos externos contratados ex profeso para tal fin los encargados de auditar la inversión de cada peso que se le otorga a la institución.
Muchas personas, entre ellas yo, cuando hablamos de la Autonomía hacemos referencia, y con justa razón, a un gran ex rector, Álvaro Jacinto Mimenza Cuevas, que dejó honda y profunda huella ya que durante su administración se crearon leyes que aseguraron funciones y responsabilidades para todas y todos: directivos, académicos, trabajadores manuales y trabajadores administrativos.
Entre estas leyes destacan la Ley Orgánica, el Estatuto General, y los reglamentos Internos en escuelas, facultades y dependencias de la UADY que fueron y siguen siendo pilares sobre los cuales se implementan y desarrollan decenas de programas educativos y además permite el crecimiento estructural como por ejemplo la creación de los Campus por Áreas del Conocimiento y muchas cosas más como la generación de ciencia y tecnología para el beneficio de todas y todos.
Ya con la autonomía, don Víctor Cervera Pacheco visitó en varias ocasiones el edificio central de la UADY, con el ingeniero Mimenza, y luego con los también ex rectores Carlos Pasos y Raúl Godoy. El Balo, en su juventud, fue líder de la Federación Estudiantil Yucateca (FEY) y cursó estudios en la mítica secundaria Adolfo Cisneros Cámara y en la Escuela Preparatoria Uno donde creo yo heredó ese amor hacia su Alma Máter entendiendo que la casa de estudios sólo podía crecer y desarrollarse sin injerencias de los vaivenes gubernamentales y de partidos políticos, reitero, sin que esto signifique aislamiento sino la firme idea de ¿quién mejor que los universitarios para definir su presente y futuro, que finalmente será el futuro de Yucatán?.
Sé, perfectamente, que muchas personas vieron y aún siguen viendo a un Balo de línea dura, en efecto, lo fue, y esto porque era su forma de gobernar, basada en la firmeza y la determinación. De hecho recuerdo bien una frase que decía: “En Yucatán no vuela una mosca si el gobernador Cervera no está enterado” y ¿saben qué?. Así fue, con Cervera Pacheco no había cuentos.
Conocía a todas y todos sus colaboradores como la palma de su mano y cuando viajaba al interior del estado al llegar a su destino los pobladores se acercaban llamándole, “Balo”, y éste, a su vez, se refería a casi todos por sus nombres: “qué tal José, qué tal Pedro, qué tal Juana…¿donde está el párroco, avísenle que ya estoy aquí para que nos acompañe”.
En alguna ocasión, estando un servidor entre un grupo de amigos, no fifís pero sí contrarios a la política y filosofía del cerverismo, me atreví a decir que para mí, después de Felipe Carrillo Puerto está Victor Cervera Pacheco a quien cité como un fenómeno social de la política yucateca.
De inmediato, un amigo se puso de pie, me miró a los ojos –que si fueran balas me mataban– y con evidente enojo me gritó: ¡A ver, Marco Antonio!, ¡a qué le llamas fenómeno social!, obviamente, y sin recurrir a un diccionario, le respondí, me escuchó y todos los demás también pero la persona que me hizo el planteamiento, estoy seguro, nunca cambió su punto de vista con respecto al Balo Cervera.
Otro recuerdo de los muchos que tengo es que, un día, quienes cubrimos palacio tarde o noche, a veces madrugada, cenábamos tortas en la oficina de comunicación social al mando de don Pedro Pacheco Herrera (QEPD), eterno y leal jefe de prensa, cuando de repente entró el gobernador Cervera, se sentó con los reporteros, a comer también su torta (recuerdo las pedían del Louvre o del Express) y sentado frente a mi me atreví a pedirle su autógrafo. El Balo me vio y de inmediato dijo: “donde te lo doy”, entonces extendí mi bloc de apuntes (el clásico del reportero) y ahí me dedicó unas palabras y las signó con su firma.
En otra ocasión en la víspera del arribo de uno de los huracanes a Península, le pregunté –al término de una reunión de protección civil– si podía ir a Radio Universidad para que lo entreviste, me contestó que le encantaría pero que ya tenía agenda completa, sin embargo, le pidió al entonces delegado de CONAGUA que se presente a las 6 de la mañana en la radio para dar todos los detalles del fenómeno climatológico.
“Señor, tengo que viajar a Campeche”, le respondió el delegado y el gobernador Cervera le señaló que “Vas a Radio Universidad y te quedas aquí porque aquí se te necesita”. Lo hizo mirándolo fijamente a los ojos y apoyando sus brazos en sus puños sobre la mesa del histórico Salón de los Retratos.
Hoy, décadas después, y con el permiso de todas y todos los ex y actuales gobernantes, para mí después de Felipe Santiago Carrillo Puerto está sin duda Víctor Manuel Cervera Pacheco cuya visión y obras perduran y seguirán perdurando muchos años más como piedras angulares para el desarrollo de Yucatán, más allá de las inversiones nacionales o extranjeras, que esas vienen y luego se van.
¡Ah!…y les decía que Victor M. Cervera quería mucho a la UADY. Esto lo afirmo porque en uno de los tantos viajes al interior del estado en el eterno autobús que utilizó y donde compartimos espacios funcionarios y reporteros, se sentó en algún momento junto a mi y sabiendo que era reportero de Radio Universidad me dijo “yo quiero mucho a la Universidad y le daré todo mi apoyo mientras viva”. Sí señor, de ese tamaño.
Al fallecer don Víctor M. Cervera Pacheco y estando un servidor ya como jefe de prensa de la UADY, se me encargó tramitar esquelas de condolencias en todos los periódicos de Mérida y así lo hice con la observación que al llegar al Diario de Yucatán (yo tenía ya el formato, el texto y la orden de inserción) me dijeron que por órdenes del director, don Carlos R. Menéndez Navarrete, con quien también tuve también el gusto de trabajar, la esquela, antes del nombre tenía que llevar tres letras: “don”. Es decir, don Víctor Manuel Cervera Pacheco. De ese tamaño la trascendencia.
Nota: La persona que acompaña a Víctor Cervera en la foto que ilustra este texto es un servidor. Fue captada en la planta baja del edificio central, en la gestión del ex rector Raúl Godoy Montañez
PD. Les informo que fuentes de la Rectoría Universitaria me indicaron que la propuesta del Congreso para agregarle la palabra Constitucional a la Autonomía será analizada, discutida y votada por el Consejo Universitario. Es decir, los legisladores priistas Karla Franco y Gaspar Quintal, salieron de la rectoría como entraron: sin nada, en concreto.
Hasta la próxima.
